Juan Carlos Escotet es venezolano, pero vino a Ourense con la lección aprendida. Ante un auditorio formado por representantes del mundo político, económico y cultural de la provincia, el vicepresidente de Abanca quiso mostrar cercanía y lo hizo remitiéndose a Caixa Ourense. Dijo saber que las fusiones diluyeron la entidad y dejaron en los ourensanos una «sensación de vacío», «de haber perdido algo importante». Sin embargo, Escotet pidió a todos que dejen a un lado esa «morriña» por la vieja caja ourensana porque Abanca cubrirá ese hueco, porque «estará lo más pegada posible al territorio», sentenció.
José Manuel Baltar, presidente de la Diputación, también incidió en el recuerdo de Caixa Ourense. No en vano, la institución provincial fue quien promovió la creación de esa caja. Fue, según dijo, «un instrumento clave no desenvolvemento provincial, e o baleiro que sentimos nas últimas décadas coa desaparición de entidades tan apegadas á terra, comeza agora a ser reparado nesta nova etapa de Abanca, a quen Ourense e a Deputación seguirán a propoñer alianzas que redunden en beneficio desta terra e das súas xentes».
El mensaje de cercanía a los ourensanos fue insistente en el solemne acto de ayer, celebrado también en un espacio de gran solemnidad, como es el monasterio de Oseira. Un enorme cartel presidía la sala con el mensaje «Deputación e Abanca, comprometidos con Ourense» y, antes de comenzar con los discursos, todos los miembros del público asistieron a la proyección de un vídeo promocional que glosaba los atractivos de la provincia.