Armeá vuelve a tener vida

E. FILGUEIRA / M. C.

EDUCACIÓN

Antonio Cortés

El Concello de Allariz y la Universidad de Vigo retoman el proyecto para excavar el castro ubicado en Augas Santas

18 jul 2014 . Actualizado a las 07:05 h.

El miércoles comenzaron de nuevo las excavaciones arqueológicas en el Castro de Armeá, en Santa Mariña de Augas Santas. Se retoma así un verano más una iniciativa nacida de la colaboración entre el Concello de Allariz y la Universidad de Vigo, de modo que el primero financia la investigación con 6.000 euros y el segundo aporta un equipo de diez personas, de los cuales cinco son alumnos en prácticas.

La excavación se enmarca en un proceso que dura ya varios años y que busca potenciar el valor arqueológico de Santa Mariña de Augas Santas así como su atractivo cultural como parte del Camino de Santiago.

Adolfo Fernández, técnico director de la investigación, apuntó ayer en la presentación de los trabajos (acompañado del alcalde, Francisco García) que los objetivos del estudio son dos: dar una cronología válida al yacimiento en localizaciones nuevas de excavación y conocer la realidad de otras zonas del castro. Queda espacio para ello, puesto que la extensión total del mismo es de ocho hectáreas, de las cuales solo hay un 0,5 % desenterradas.

Excavado en los años 50

El territorio ya había sido investigado en los años cincuenta, pero faltan datos importantes sobre la propia evolución de las estructuras. Cuándo fueron construidas y cuándo fueron abandonadas son las principales dudas por resolver, según explicó Fernández.

«En setembro porase en marcha outra segunda escavación dirixida por David Pérez», avanzó el regidor. Afirmó que para el Concello es una opción «prioritaria» en la medida en que Santa Mariña de Augas Santas es un núcleo muy importante para el municipio por la capacidad de atracción que posee. Adolfo Fernández reforzó las palabras del regidor diciendo que el yacimiento es «único en Galicia y científicamente muy importante».

Según explicó el técnico, y aunque no se sabe con certeza, el castro tuvo una ocupación prerromana y romana. Se desconoce, por tanto, la totalidad de la vida útil que tuvo. Los límites se ignoran pero posiblemente se fue extendiendo en superficie desde un origen situado en la parte más alta del lugar. El material sacado en las excavaciones de los años cincuenta establece la posibilidad de que fuese abandonado en el siglo III.