«Hay que lograr que Ourense tenga la dignidad que se merece»

Rubén Nóvoa Pérez
Rubén Nóvoa OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Santi M. Amil

Fue cofundador de Cosaga y presidente del Colegio Universitario

20 abr 2014 . Actualizado a las 15:00 h.

Cesáreo González es un ejemplo de hombre hecho a sí mismo. Empezó desde cero y acabó con un currículo médico que ha dejado huella en la ciudad de Ourense. Su trayectoria profesional comenzó a fraguarse cuando a finales de los años sesenta decidió, gracias a una beca, completar su formación en las universidades suizas de Lausana y Ginebra. «Fue lo mejor que hice en mi vida», asegura ahora, más de medio siglo después. Con ese bagaje internacional, que completó en Francia, regresó a Ourense especializado en traumatología, ortopedia y cirugía de la mano. Sin embargo, su gran pasión médica fue el tratamiento de la espalda. Tras un breve paso por la sanidad pública -asegura que lo dejó porque «no me dejaron ejercer con dignidad»- se decidió a dar el salto a la privada. Sería el principio de Cooperativa Sanitaria Galega (Cosaga), que nació como el proyecto de un grupo de médicos en 1980. «En Suiza aprendí que la base de todo está en el trabajo en equipo. Por eso mi nombre no lo verás en las instalaciones por ningún sitio».

Desde un primer momento en el centro médico ourensano se especializaron en prótesis de cadera y hernias de disco, aunque el modelo por el que luchó era un centro multidisciplinar. «El balance tiene que ser bueno. Se ha tratado a miles y miles de personas sin distinguir la procedencia. Desde el primer día fuimos un grupo de amigos que colaboraban para darle al enfermo lo mejor del mundo».

La experiencia vital de Cesáreo González le hace tener una postura firme sobre el debate entre sanidad pública y privada: «Soy liberal y creo muy poco en el Estado, que nos cuesta muy caro y no rinde muchas veces servicios eficaces. Yo haría una libre elección de médico y hospital. Usted va donde quiera pagado por la entidad que le asegura o por la Seguridad Social. Lo que sería injusto es que el rico tuviera mejores condiciones. Eso es inadmisible».

Sin embargo, su trayectoria se quedaría coja sino se habla de su experiencia docente. Fue una figura clave en el arranque del campus. Durante ocho años presidió el patronato del Colegio Universitario. En esa época se decidió levantar el edificio de Ferro. «Teníamos claro que si había aquí un campus tendríamos poder para pervivir. Es un tema de ciudad y hay que lograr que Ourense tenga la dignidad que se merece».

El veterano médico manda un consejo de vida a los futuros colegas de profesión: «A lo mejor los médicos públicos tienen que estar solo en lo público y los privados, en lo privado. Eso de estar en dos carrillos... Sé a que a muchos compañeros no les gusta esta opinión, pero es lo que pienso y así obré siempre».