Una hora y media de diferencia en la entrada a las clases

M. V. ourense / la voz

FIRMAS

11 feb 2014 . Actualizado a las 06:00 h.

Puede o no resultar comprensible pero lo cierto es que el transporte escolar es uno de los principales condicionantes a la hora de fijar el horario de los colegios. Tanto es así que las horas de comienzo de las clases no solo no son las mismas para todos los estudiantes de la provincia de Ourense, sino que puede haber diferencias de hasta una hora y media entre los colegios de la capital y los de algunas localidades, lo que para muchos afectados resulta incluso discriminatorio. Sin ir más lejos, una de las principales diferencias entre la capital y la provincia es que la mayor parte de los centros educativos de la ciudad comienzan a las nueve de la mañana y terminan a las dos, con jornada única. Después, algunos tienen servicio de comedor y, por la tarde, ofertan actividades extraescolares para quienes quieran realizarlas. El resto, pueden volver a su casa. Nada que ver con lo que ocurre, por poner un ejemplo, en Cea. El colegio inicia la jornada lectiva a las diez y media de la mañana y los alumnos descansan para comer a las dos y media. Las clases siguen por la tarde, desde las cuatro hasta las cinco y media. A partir de esa hora, los que llegan de fuera -algunos hacen trayectos de hasta 40 minutos- suben al autobús que los llevará de regreso a su domicilio. «Intentamos hacer jornada continuada pero no se puede porque la empresa de autobuses que viene aquí va también a otros cinco colegios», reconoce Valentín Castellano, director del centro Virxe da Saleta, que tiene claro que el horario de tarde provoca un menor aprovechamiento lectivo entre los estudiantes matriculados en el centro. «Por la tarde se pierde mucha docencia, el alumno rinde menos y tiene menor capacidad de concentración», explica el docente, que también es consciente de que para muchas familias es muy complicado poder conciliar la vida laboral con esos horarios. «Hemos tenido que poner en marcha el servicio de atención temprana porque nos dimos cuenta de que perdíamos matrícula debido al horario. Hay muchos padres que no pueden compatibilizar», explica. Y pese a que llevan años reclamando adelantar el comienzo de las clases, porque creen que sería beneficioso para los alumnos, por ahora deberán seguir igual. Más suerte han tenido, este curso, los alumnos del colegio Padre Feijoo de Allariz, que también llevaban años comenzando las clases a las diez y media de la mañana. Ahora, gracias a una modificación de las rutas de transporte que se ha tenido que compatibilizar con otros dos centros, pueden comenzar a las nueve en punto.