El Concello de Vilamartín cerró ayer al tráfico el vial que une O Mazo con Robledo. El hundimiento del firme y el peligro de desprendimiento de las piedras acumuladas en una escombrera de pizarra están detrás de la decisión, que la alcaldesa, María Jesusa Candal, anunció horas antes en el pleno, a respuesta de una pregunta de la concejala socialista Amparo Rodríguez sobre el corte en el vial a San Vicente. Esta es una carretera que lleva años cortada al tráfico por los daños en el firme ocasionados por una explotación pizarrera. «Estamos mandando todos los meses informes a [la Dirección Xeral de] Minas y la Diputación; y próximamente habrá una reunión para ver qué hacer», avanzó Candal.
En ambos casos el corte del vial se ciñe a la colocación de una señal, por lo que, al menos en el caso de la carretera a San Vicente, esta sigue siendo utilizada por los vecinos a diario, ya que usar la alternativa supone un rodeo de varios kilómetros.
El anuncio de Candal llegó en el turno de ruegos y preguntas en un pleno en el que se aprobó el cambio de periodicidad de las sesiones, que serán el último jueves de cada mes par a las 12.30 horas. Desde el PSOE criticaron la hora al considerar que les dificulta poder asistir por ser horario laboral. Precisamente ante esta situación, que el concejal y exalcalde socialista, Enrique Álvarez Barreiro, calificó de «práctica caciquil», anunció que renuncia a formar parte de la mesa del pleno mientras se mantenga la situación. «Estarei como público cando poida ir, pero non na mesa, non mentras siga esta actitude», dijo.
La situación entre el público le valió que Candal le recriminase cuando quiso intervenir, al igual que no obtuvo respuesta del líder de APGa, Francisco Quintas, cuando le preguntó si formaba parte del grupo de gobierno, como el propio Quintas había dicho en su intervención (respondiendo a las preguntas de la socialista, a las que ya había contestado previamente la alcaldesa). Quintas dijo no saber «quien es este señor» para eludir contestar.