Entre signos de amor fraterno

jesús manuel garcía OURENSE / LA VOZ

OURENSE

El obispo pide a los cristianos que dejen la «cicatería espiritual»

06 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Doce ourensanos dieron vida, un año más, al rito antiguo del Lavatorio de pies por parte del obispo en la Catedral. Este acto sigue levantando expectación en el templo. El cronista de la ceremonia, Ramiro Cougil, expresaba que «no es un gesto solo de humildad humana sino que expresa la fuerza del misterio».

Monseñor Lemos recordó que con el inicio, ayer, del Triduo Pascual, «llegan las celebraciones más profundas y hermosas del misterio cristiano».

Ayer se conmemoraba la institución de la eucaristía y del sacerdocio, dos realidades tales, dijo, que la una no puede ser sin la otra. Por eso pidió el prelado que los cristianos vayan a la misa dominical pues el no hacerlo es «cicatería espiritual». Les animó a ser «sagrarios vivientes», consciente de que en esta diócesis hay fieles que no pueden celebrar esos misterios por falta de sacerdote. También pidió a todos saber «ver el rostro de Jesús en los más necesitados».

Esta noche, a las nueve, saldrá la procesión del Santo Entierro en la que van nueve pasos, desde el Santo Cristo del Perdón, de Velle, hasta la Dolorosa que porta la parroquia de la Asunción. Es la procesión más importante de la Semana Santa en la ciudad.

Trinidad

La siguiente procesión comenzará a las siete de la mañana del sábado, desde la Trinidad hasta la Catedral. En el primer templo diocesano, a las diez de la noche del sábado se celebrará con gran solemnidad la Vigilia Pascual.

En la provincia habrá varias procesiones del Santo Entierro o de la Soledad. Así, en As Ermitas será a las ocho de la tarde; en O Barco, a las diez y en O Castro (O Barco) a la misma hora saldrá la procesión de los Caracoles. En Xinzo, a las nueve, como en Ribadavia; una hora antes en A Rúa. Los Oficios del Viernes Santo se celebrarán en todas las parroquias en la media tarde. Desde Oseira hasta Rubiá; desde Lobios hasta Melón.

Hace 1.700 años

Los actos litúrgicos de hoy son parecidos a los que narra la monja Egeria, que peregrinó a Tierra Santa en el lejano siglo IV. Esta mujer cuenta que en Viernes Santo, en Jerusalén, antes de la salida del sol, los fieles oraban ante la columna en la que había sido azotado Jesús.

Añade que, después, en aquel entonces, hace 1.700 años, subían al Gólgota donde se le ponía al obispo una cátedra ante una cruz allí plantada y sobre la mesa con lienzo se colocaba el relicario de la cruz de Cristo, que todos pasan a adorar. Al llegar la hora sexta, cuenta Egeria que todos se reunían ante la cruz al aire libre para leer textos del Nuevo Testamento alusivos a la pasión de Cristo y también de los profetas. Leían hasta la hora nona y al llegar esta, se daba lectura al evangelio de Juan y se dirigían al lugar del martirio y de allí a la Anástasis, en el Santo Sepulcro, donde se leía el evangelio de Juan, en el que José pide a Pilato el cuerpo de Jesús para sepultarlo. Luego había velada hasta el amanecer.

Ni luto ni llanto

El Viernes Santo no es entendido por la Iglesia como día de luto ni de llanto sino «de amorosa contemplación del sacrificio cruento de Jesús. Hoy la Iglesia no hace un funeral sino que celebra la muerte victoriosa del Señor. Por eso se habla de ?beata? y ?gloriosa? pasión», explica el teólogo E. Aliaga.