La provincia de Ourense ha registrado 110 fuegos desde enero

Marta Vázquez Fernández
Marta Vázquez OURENSE | LA VOZ

OURENSE

La guardia Civil ha detenido o imputado a 16 sospechosos de causarlos

01 abr 2012 . Actualizado a las 11:29 h.

Apenas comenzado el mes de abril, la provincia vive su peor agosto. Los incendios forestales, alentados por la intensa sequía y, casi siempre, por la irresponsable acción del hombre, han convertido la primavera en una época en la que las altas temperaturas y el olor a quemado recuerdan al verano. A lo peor del verano en Ourense.

Y es que desde que comenzó el año se han contabilizado ya 110 incendios en la provincia, muchos más de los que se habían registrado en estas fechas en los últimos años. A falta de datos oficiales respecto a las hectáreas quemadas, y tras una semana negra en la que se la lucha contra el fuego se ha cobrado la vida de un brigadista, fuentes de los servicios de extinción sitúan las hectáreas quemadas en más de 4.000. A estas alturas del año pasado, la superficie calcinada apenas superaba las 500, y ello pese a que el mes de marzo se registraron numerosos focos.

También ha sido más intensa la acción de las fuerzas de seguridad a la hora de detener a presuntos responsables. Según datos oficiales en el mes de febrero los agentes de la Guardia Civil detuvieron a una personas e imputaron a otras cinco. La cifra se incrementó en el mes de marzo, con 4 personas detenidas y otras seis denunciadas. En la mayor parte de los casos, se trata de agricultores o ganaderos que realizan quemas de rastrojos, en muchos casos sin haber obtenido la autorización, que terminan complicándose por la falta de medidas de seguridad.

¿Un incendiario en Vilar de Astrés?

En la parroquia de Vilar de Astrés, dentro del término municipal de Ourense, el fuego ya no sorprende a los lugareños. Los vecinos soportaron el verano pasado un gran incendio que estuvo muy cerca de algunas de sus viviendas. Al final fueron 120 las hectáreas calcinadas por las llamas, que llegaron a calcinar cobertizos, calcinaron el punto limpio y pusieron en peligro las instalaciones de la perrera municipal. La alerta fue máxima.

La virulencia del incendio obligó a la consellería de Medio Rural a declarar el fuego de nivel 1, ante la posibilidad de que fuese necesario desalojar a los habitantes. Finalmente, no lo fue, pero muchos aún recuerdan las horas de pánico que vivieron, ayudando ellos mismos a evitar que las llamas llegaran a sus hogares.

Y cuando el rastro negro que dejó aquel incendio aún pervive en la zona afectada y es visible casi desde cualquier punto de la ciudad, el fuego ha vuelto a poner en vilo a los vecinos de la pequeña parroquia. Esta misma semana se ha vivido otro gran fuego que, según la Xunta, ha arrasado 148 hectáreas. Los afectados revivieron con temor las horas de miedo vividas meses antes porque, de nuevo, las llamas se acercaron peligrosamente a muy poco metros de sus residencias.

Sospechas policiales

Y aunque las investigaciones policiales están abiertas, por el momento no se ha conseguido localizar a los autores del incendio. En medios policiales no se descarta que haya podido ser la misma persona porque, aseguran, todos los incendios comenzaron de la misma manera. Sin embargo, la ausencia de testigos hace difícil tanto aclarar el origen como atrapar al responsable. Eso sí, entre el vecindario hay muchos que sospechan que alguien de la parroquia está detrás de los graves sucesos.