¿Sabe usted lo que apoya con su voto?

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño A CONTRACORRIENTE

OPINIÓN

25 abr 2019 . Actualizado a las 16:00 h.

Después de contemplar durante cuatro horas y en sesión doble a los cuatro candidatos protagonizando un teatrillo que más que debate fue show, los dos días de campaña que nos restan, y hasta la jornada de reflexión, se convierten en una tortura innecesaria. Aunque sea imposible predecir el resultado, el pescado está ya en realidad más que vendido. En contra de la opinión generalizada, considero que muy pocos españoles habrán decidido su voto, y mucho menos habrán cambiado el sentido del mismo, en función de lo que hemos visto en dos enfrentamientos que no pasarán precisamente a la historia de los debates electorales.

Y tampoco me creo, y perdónenme, ese altísimo número de indecisos que señalan las encuestas. La inmensa mayoría de esos supuestos dubitativos son lo que se denomina voto oculto. Que, traducido, significa voto vergonzante. Ciudadanos que no se lo confiesan ni a sus más allegados, por pudor si es para apoyar a los de siempre pese a todo, o por temor si es para pasarse a opciones radicales, pero que tienen ya decidido su voto. Desde luego, sería una frivolidad que, como aseguran que harán algunos, la papeleta se escogiera estando ya en la cola, porque estamos ante las que quizá sean las elecciones más trascendentes de nuestra historia reciente. Jamás nos hemos enfrentado a la posibilidad de dos proyectos tan antagónicos para España como los que representarían un Gobierno presidido por Sánchez con los votos de los partidos separatistas y la extrema izquierda o un Ejecutivo dirigido por Pablo Casado apoyado por Ciudadanos y condicionado por el respaldo de la extrema derecha.

Precisamente por ello, resulta inaceptable que Sánchez se niegue a aclarar si está dispuesto o no a presidir España con los votos de quienes quieren acabar con ella y siga jugando con dos barajas, sin cerrar la puerta a un pacto con Ciudadanos. ¿Qué proyecto puede tener para su país alguien que cree posible gobernar apoyado por los secesionistas y la extrema izquierda pero también hacerlo con un partido liberal en lo económico y radicalmente antinacionalista? Los debates dejan claro que su único objetivo es el poder. Si puede ser en solitario, mejor. Y que su plan para España dependerá de las cartas que le toquen.

Lo mínimo que cabe exigirle a un político es sinceridad. Que se tenga respeto a sí mismo y a sus votantes. Por eso es vergonzoso también que el mismo Pablo Iglesias que calificaba la Constitución como un «candado» impuesto por la bota militar nos recite ahora los artículos de la Carta Magna como si fueran salmos. Y tampoco es serio que Rivera, que lo mismo gobierna con el PSOE en Andalucía que con el PP en Madrid, confunda la política con sacar conejos de la chistera. El último, incorporar al mediocre Ángel Garrido, hasta ayer candidato del PP, como si hubiera fichado a Messi. Los españoles afrontan el 28A una encrucijada histórica. Ninguno de los posibles destinos es precisamente alentador. Pero tienen derecho al menos a saber qué proyecto para España es el que están apoyando con su voto.