«Foldgate», quién gana y quién pierde

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OPINIÓN

25 abr 2019 . Actualizado a las 15:40 h.

El fiasco del Galaxy Fold, el smartphone con pantalla plegable de Samsung, deja perdedores y ganadores en el juego de tronos de la telefonía móvil:

Samsung. El fabricante líder mundial se apresuró a sacar un producto no lo suficientemente probado -los periodistas han sido los beta testers o probadores en un entorno real-, probablemente para adelantarse a Huawei en la carrera por presentar el primer móvil de estas características. Además ya había dispositivos con pantalla flexible en el mercado (Royole y su FlexPai), pero la presión

hizo que los coreanos cometiesen un error de cálculo. Encima, el diseño no está lo suficientemente pulido: el Galaxy Fold tiene un enorme notch o muesca para alojar cámaras y sensores en la pantalla extendida, y la que se usa normalmente cuando está cerrado tiene un tamaño muy pequeño para los estándares de hoy en día (4,3 pulgadas). El sistema de apertura, con una bisagra muy expuesta y rendijas por las que pueden colar cuerpos extraños tampoco convence. Samsung no necesitaba el márketing del móvil plegable, tiene actualmente el mejor smartphone Android (Galaxy S10+) y una gama media A muy valorada. Sin embargo, algo ha hecho bien: aplazar la venta del teléfono fallido, al revés de lo que ocurrió con el Note 7.

Huawei. La marca china tiene motivos para preocuparse, ya que su terminal plegable (Mate X) será observado con lupa cuando se ponga a la venta hacia mediados de año. Su diseño -con la pantalla flexible envolviendo todo el terminal- es mucho mejor que el de Samsung, pero en un reciente evento algunos periodistas pudimos ver de cerca la unidad que utiliza Richard Yu y el panel mostraba una especie de arruga en la parte por la que se dobla. Veremos si lo solucionan antes del lanzamiento.

Apple. Es la gran ganadora del Foldgate. Ha renunciado a competir en una carrera que no le puede dar muchos beneficios y sí algunos disgustos. Los móviles con pantalla plegable son muy caros, tienen un mercado reducido, pesan mucho y su grosor es incómodo. Si algún día la compañía de la manzana se mete en ese jardín, lo hará al estilo de Steve Jobs: mejorando lo ya existente.