El silencio de Galicia no tiene precio

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

carmela queijeiro

23 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Es el secreto mejor guardado. La clave del paraíso en Galicia no suena. Es el silencio. Con tanto ruido como hay en las barras -muchas veces bravas- de las redes sociales, Galicia goza de mil rincones escondidos donde el secreto es un arte y se mezcla con el paisaje verde y azul para crear un óleo de perfección. Dicen que los gallegos somos poco habladores y que contestamos con preguntas. Pero lo mejor es la cantidad de sitios en los que el precio del silencio es imposible de pagar. Lugares donde solo deseas apagar el móvil o estar sin cobertura por fin. Somos ricos en puestas de sol imposibles de pintar por el mejor de los artistas. Segundos que se quedan impresos para siempre. Cada vez viene más turismo a Galicia, pero todavía resulta más o menos fácil regatearlo e ir en busca de los bosques, de las cascadas, de las lagunas, de las calas. Pequeños bares que no te crees que, de pronto, estén ahí. Una terraza para quedarse a vivir en ella. ¿Y el tiempo? El tiempo se detiene y el descanso llega de verdad hasta las entrañas. Si te preguntan por el otro tiempo, ese que siempre nos asocia con la lluvia, están equivocados. Ahora en Galicia también deseas que llueva, incluso en A Coruña, donde el chiste fácil dice que el verano coincide de una del mediodía a tres de la tarde, como mucho. Ahora Galicia es Galifornia. Y, aunque se ha puesto estupenda y el Camino de Santiago es un festival de personas caminando para encontrarse a sí mismas, todavía tenemos, de Tui a Ribadeo, de Fisterra a Manzaneda, un montón de sitios donde, en vez de encontrarte, te puedes perder con tus amigos para gozar del silencio más perfecto jamás rodado. Silencio, se rueda. La película es muda, con subtítulos de belleza, conmueve y se titula Galicia.