Lindo gatito

Jorge Mira Pérez
jorge mira EL MIRADOR DE LA CIENCIA

OPINIÓN

23 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No nos cabe en la cabeza que una canica pueda estar en dos lugares al mismo tiempo. Pero la física cuántica nos dice que una partícula subatómica sí puede estarlo. Pero ojo: si miramos dónde está… ¡solo la veremos en un lugar definido! El mero acto de observación es el responsable de ese cambio. Esta idea es tan alucinante que costó aceptarla. Muchos físicos pensaron que la física cuántica era aplicable solo a conjuntos de partículas (a nivel estadístico), y no a una sola partícula. Para ilustrar lo ridículo de aplicarla a una sola, el premio Nobel Erwin Schrödinger pensó en 1935 lo siguiente: un gato encerrado en una caja, con un detonador de veneno activado por una sola partícula subatómica que está en on y off a la vez. De ese modo, antes de abrir la caja y observar su interior, el detonador estaría on y off al mismo tiempo y, por lo tanto, el gato estaría vivo y muerto a la vez: un absurdo. Schrödinger se acabó arrepintiendo de haber creado esta paradoja, por la confusión que genera.

En el año 2006, David Wineland y Serge Haroche consiguieron hacer realidad ese experimento y observar por primera vez en la historia cómo el proceso de apertura de la caja va aclarando progresivamente la borrosidad cuántica. Ambos recibieron el Premio Nobel de Física en el 2012 por ese prodigio técnico. Eso sí, Serge Haroche contó esta semana en Galicia que con un número muy grande de átomos se rompen las condiciones necesarias para que la cosa funcione: el experimento no es realizable con un gato de verdad.