«Iros» como imperativo

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

19 jul 2017 . Actualizado a las 08:29 h.

Si algo está claro en la polémica que ha levantado la decisión de la Academia Española de considerar válido el uso de iros como segunda persona del plural del imperativo de irse es que idos, la única forma aceptada hasta ahora y la más recomendada a partir de aquí, suscita el rechazo de la mayoría de los hablantes. ¿Alguna vez ha oído el lector a una madre decirles a sus críos «Idos a merendar al patio»? ¿O a un niño enfadado lanzar a quienes lo excluyen de un juego un «Idos a la porra»? 

A la evidencia tuvieron que rendirse quienes en la Academia han propuesto la aceptación de ese iros como imperativo, cuando lo que parece verse en él es el infinitivo de ir con el pronombre os. Si las formas del imperativo de ir son variadas (ve [andá en el Cono Sur], vaya, id, vayan), con enclíticos no se simplifica el panorama (vete [andate], váyase, idos, váyanse). La segunda persona del plural arrastra un pecado original: sin pronombre, la terminación de esa persona del imperativo es en -d (id, coged, subid), que se pierde en la forma pronominal (cogeos, subíos), menos en el caso de ir, idos, en el que excepcionalmente se conserva la d. La Academia lo justifica por «el escaso cuerpo fónico de la forma esperable íos», que en otras épocas se empleó, pero que hoy no se considera válida. 

¿Acierta o yerra la Academia al aceptar iros como variante de la segunda persona del plural del imperativo de irse? Seguramente acierta porque no le quedaba otra. La lengua, desde la creación de palabras a las formas de relacionarse estas para construir el discurso, la hacen los hablantes. Los lingüistas estudian todo ello, y de lo que observan extraen unas pautas que después se ven como normas. Más tarde, los hablantes consolidan algunas de estas y cambian otras. La RAE puede intentar reconducir las cosas para que se ajusten a las leyes -las existentes hasta ese momento- que rigen el idioma, pero cuando una enmienda prospera por amplia mayoría popular no le cabe más que aceptarla y recomponer la ley. Los malos usos de palabras como efectivos o humanitario superan ya a los ajustados a la ortodoxia. Los lexicógrafos resisten con firmeza numantina, pero al final son derribadas las murallas. 

En el caso de idos/iros, un conocido lingüista propuso hace tiempo que irse se considere verbo defectivo para prescindir de idos, y emplear en su lugar marchaos. Pero no le valdría al niño que dice «Iros a la porra».