Inequidad social y territorial

Albino Prada
Albino Prada CELTAS CORTOS

OPINIÓN

26 jun 2017 . Actualizado a las 08:33 h.

Seguimos alimentando una galopante polarización social. Ya casi la mitad de los trabajadores españoles cobran menos de mil euros, según el sindicato de técnicos de Hacienda Gestha. Por su parte, Eurostat nos informa de que tres de cada cuatro trabajadores jóvenes en España lo son con empleo temporal, que la tasa de temporalidad duplica la europea y que somos en esto campeones después de Polonia. También lo somos en subempleo (después de Chipre), es decir, en trabajadores a tiempo parcial que desearían no serlo. 

Sucede en España que ciento treinta mil directivos ingresan lo mismo que los casi seis millones de trabajadores con menores ingresos (los temporales o a tiempo parcial). O, lo que es lo mismo, cada uno de estos directivos ingresa lo mismo que 42 trabajadores. Imagínese usted una empresa así: con cuarenta y dos empleados, y que entre todos perciben lo mismo que su director-gerente. Hipercapitalismo.

En ese ecosistema, un juez de la Audiencia Nacional imputó a siete de estos directivos -del gremio bancario- por delitos de blanqueo de capitales y contra la Hacienda pública, y otro juez acordó procesar a una treintena de ejecutivos bancarios superremunerados por falsear las cuentas de su entidad. Mientras eso sucedía, los tres grandes bancos privados españoles redujeron sus plantillas en mil trabajadores durante el primer trimestre del año (y casi en un tercio de su empleo desde el 2008) y, aunque controlan más cuota de negocio que nunca, siguen engullendo entidades. Con mayor concentración y más reducción de plantillas.

Los ejecutivos de las empresas del Ibex tienen el indudable mérito de contribuir de forma decisiva a que sus empresas hayan ganado un 30 %o más en el primer trimestre del año. Mientras tanto, en el país se baten récords de conversión de empleo digno estable en trabajo precario externo, eventual y a tiempo parcial.

Pan (beneficios y supersueldos) para hoy y hambre para mañana; pues una economía nacional alimentada por empresas de precarios y falsos autónomos no será muy sólida. Así parece considerarlo un reciente informe del Banco de España.

Pero, al lado de la polarización social también galopa la desigualdad territorial. En un contexto de grave incertidumbre política, en relación al desenlace del órdago soberanista planteado desde Cataluña (que ya no es solo una cuestión económica, pero que lo fue en su origen en buena medida), al Gobierno no se le ocurre nada mejor que configurar una mayoría parlamentaria, para aprobar los Presupuestos, con acuerdos multimillonarios con diputados vascos y canarios. De cuponazo vasco a cupo canario.

Por una vía o por la otra, la unidad nacional nunca ha tenido mayor precio y menor valor. Nuestro ministro de Hacienda ha sentenciado: «Venimos de una crisis por una borrachera de gasto público y algunos ya quieren irse de copas». Visto lo visto: ¿a quiénes se referirá?