Misses problemáticas

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

25 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los organizadores de un concurso de belleza muestran en una red social un cartel en el que se le pregunta a la hipotética lectora: «tienes actitud [¿será actitud ‘disposición de ánimo’ o aptitud ‘capacidad para desempeñar o ejercer algo’?] de modelo? tu midida [sic] es de + 170. cm? Te buscamos. Puedes ser tu la proxima». En Madrid, a las candidatas se les exige que no hayan protagonizado desnudos «Ni escandalos publicos», «no tener Tatuajes visibles de mas de 5 cm.», de «Talla Minima: 1,68 cm.» y «2 Fotos cuerpo entero y perfil» y «Telefono de contacto».

 Estos textos contienen cerca de veinte faltas de ortografía, contadas sin detenerse mucho, entre problemas de mayúsculas, falta de tildes, signos dobles desparejados... Y es que esto de las misses siempre se ha llevado fatal con la ortografía. Empezando por la palabra misma. Entiende la Academia Española que miss es voz inglesa y que con esas dos eses juntas no logra pasar por española. Por ello la escribe con la cursiva que marca los extranjerismos antes de definirla como ‘ganadora de un concurso de belleza’.

 Pero diferenciar tipográficamente una palabra tan instalada en el español puede ser problemático. Con mayúscula, como aparece en los nombres de los concursos, debe ir siempre en redonda: Donald Trump vende la compañía que organiza Miss Universo. Pero cuando se aplica a una persona le corresponde minúscula: Denise Quiñones, miss Universo. Algunos ortógrafos rechazan aquí la diacrisis tipográfica (Denise Quiñones, miss Universo), así como aplicársela en general a los antenombres extranjeros: monsieur Macron, mistress May. ¿Se imaginan a miss Marple con tratamiento en cursiva cada vez que la menciona Agatha Christie?

 En la lucha contra el invasor se han buscado bienintencionadas soluciones alternativas, empezando por traducir miss como señorita también cuando se trata de la ganadora de un concurso de belleza. ¿Alguna vez han oído tratar a Patricia Yurena, miss España 2008, como señorita España 2008? Pues un éxito parecido ha tenido la propuesta de adaptar miss al español como mis, hecha en el 2005 por el Diccionario panhispánico de dudas y hoy acogida por algún otro, aunque no por el de la Academia.

 Por el camino que vamos, el problema se resolverá con la desaparición de estos certámenes, que no echaremos de menos, antes que con un acuerdo ampliamente aceptado sobre el título de las galardonadas.