El pulpo en el garaje

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

18 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo más asombroso de las larguísimas sesiones de la moción de censura al Gobierno del señor Mariano Rajoy no fue el encendido rapapolvo de Irene Montero ni, por supuesto, la intervención de Rafael Hernando, no. Para mí lo más extraordinario fue que el ministro de Cultura -mientras Xulio Ferreiro, mi alcalde, jugaba con su tableta- estaba... ¡leyendo un libro! Esto de la lectura, ya lo sabemos, no va con los españoles. La corrupción en cambio, sí, y en eso los catalanes también son muy españoles. Y, sin embargo, es mucho más fácil y muchísimo más barato aficionar de nuevo a los ciudadanos a la lectura. Sabemos de lugares donde un simple profesor de enseñanza media, una bibliotecaria, un librero, han creado focos de cultura que se contagian y se celebran como una epidemia de felicidad.

Para atajar la corrupción no hacen falta partidos ni discursos. La corrupción no es de izquierdas ni de derechas, y estoy seguro de que en Podemos también hay corruptos agazapados que saltarán como la libre, cuando menos se les espera. La corrupción, ya lo tengo escrito, se combate con el Código Penal.

Dice Albert Boadella que al señor Mariano Rajoy no le gusta la política, y debe de tener razón. Al señor Rajoy le gusta gobernar, pero, como se ha visto en el Parlamento, no tiene gran concepto de sus señorías. Por eso no se esfuerza en contestar sino que juega, como el gato, a lanzar el ratón al aire una y otra vez.

El señor Mariano, cuando habla, se parece cada vez más a Antonio Ozores. Siga el ministro leyendo.