Un profundo error

José Blanco TRIBUNA

OPINIÓN

03 jun 2017 . Actualizado a las 09:51 h.

Finalmente, Donald Trump ha decidido retirar a Estados Unidos del acuerdo de París para frenar el cambio climático. Desde luego, todo hacía presagiar tal desenlace: Trump nunca ha ocultado sus nulas convicciones ambientales, ni cuando como candidato hacía alarde de posiciones negacionistas ni cuando, ya como presidente, se ha aplicado con fruición a desmontar todas las medidas adoptadas por la Administración Obama para impulsar las energías renovables y cumplir los compromisos adquiridos en la COP21 por parte del segundo mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero. 

Ahora más que nunca, Europa y aliados como Canadá y Japón deberán reafirmar la señal de rotundo compromiso lanzada en la pasada cumbre del G7 para implementar rápidamente el acuerdo y arrastrar consigo a las casi 200 naciones que lo han ratificado.

Europa puede y debe ejercer ese liderazgo. Ha sido ejemplo para el mundo con su legislación ambiental, su apuesta por las renovables, su compromiso con la descarbonización de la economía. Y ahora más que nunca tiene que dar un paso al frente elevando al máximo el nivel de ambición de la estrategia de energía limpia actualmente en discusión en el Parlamento Europeo y el Consejo, reduciendo nuestras emisiones en, al menos, un 40 % para el 2030.

Como ponente parlamentario para la directiva de energías renovables, considero que estas deben desempeñar un papel primordial para la consecución de los objetivos climáticos, pero también para reforzar nuestra independencia energética al tiempo que generamos actividad económica y empleo.

No obstante, debemos marcarnos objetivos más ambiciosos que los planteados en la propuesta de la Comisión. No basta alcanzar el 27 % en el 2030, debemos llegar al 35 %. No basta un objetivo general, debemos estipular objetivos vinculantes para cada Estado miembro. No basta con reivindicar seguridad jurídica, debemos impedir cualquier tentación de retroactividad regulatoria, como ha sucedido en España, donde las decisiones del Gobierno están impactando en las arcas públicas. No basta con hablar de fomentar el autoconsumo, debe prohibirse someter la energía autoconsumida a impuestos o gravámenes de ningún tipo, siempre y cuando la energía producida permanezca fuera de la red.

Ese es el compromiso que espero de Europa. Y el que espero de mi país.

Como ha ratificado la Comisión, Europa y todas las naciones que han ratificado el acuerdo están en el lado bueno de la historia. Estados Unidos ha tomado una decisión profundamente errónea, que va contra las evidencias científicas, contra los intereses del planeta y contra los suyos propios.

El cambio climático no conoce fronteras. No bloqueemos los esfuerzos necesarios para ponerle remedio.

Europa y aliados como Canadá y Japón deberán reafirmar la señal de rotundo compromiso lanzada en la pasada cumbre del G7 para implementar el acuerdo y arrastrar consigo a las casi 200 naciones que lo han ratificado