«Quiero tener un dron»

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

30 abr 2017 . Actualizado a las 10:35 h.

Oído en la radio: «La gente ya no tiene hijos, tiene drones». Primero cambiamos a las personas por los móviles. No me extraña que toque decir que los nuevos hijos son un dron, que mola mucho y que lo apagas cuando quieras. Y que vuela de casa en seguida, tan pronto lo pongas a volar. Lo que no tenemos es corazón. Ni a la izquierda ni a la derecha. Hemos perdido el fuego lento del cariño. Antes enredábamos con los hermanos, los amigos, los vecinos, los primos. Nos veíamos las caras. Nos tocábamos. Ahora nos hablamos más que nunca, pero a través del WhatsApp. Solo enredamos en las redes. No quiero quedar de dummie (ni en su acepción de principiante ni en la de tonto). Nunca hubo tanto contacto, pero sin tacto. Tanta comunicación sin acción. Me pone un poco bastante nervioso en los bares cuando veo a tipos solos tomarse una copa que no paran con el móvil. Que teclean y beben. Que beben y teclean. Y que se ríen solos. Y se enfadan solos. Seguro que es un adelanto que ese hombre pueda estar hablando con un amigo o con su chica a través del WhatsApp, si es que no está mintiendo y fingiendo ser quién no es. Pero me pone nervioso ese parpadeo de máquina de la pantalla. Esa mirada fija al aparato. Esos ojos que solo levantan la vista para la copa. Hay algunos tan absortos en el móvil que no saben que están rodeados de gente, de seres humanos. Da la sensación de que ni se enteran que entraron en un bar. Podrían hacer lo mismo en la calle. Y encima esos nuevos mensajes que heredamos al revés de nuestros hijos adolescentes. Los mensajes de voz. Nos cansa hasta teclear. Un audio y liquidado. Claro que es una maravilla tener a tu hija en Londres y que la puedas ver y hablar con ella en el móvil. El problema no es la herramienta, el avance. El problema es el uso y abuso absurdo ad infinitum. La red social de la generación nacida en los sesenta y en los setenta era la calle. El barrio. La familia, los hermanos, los primos. Encima no veo ni a móviles ni a drones cotizando para nuestras pensiones.