Quiénes somos

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

30 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En pocos días, dos síntomas de que hay quien quiere pensar en Galicia con un propósito científico, diseccionarnos y relatar qué tenemos dentro para saber de verdad quiénes somos y más que nada quiénes podemos ser. En A Toxa, el empeño de Emilio Pérez Nieto y Santiago Lago convoca a empresarios, académicos y periodistas para relatarnos a calzón quitado. El Foro Económico consigue que aquello parezca la Europa de la razón. Y estos días, la energía de Lourenzo Fernández Prieto explica la creación del grupo Beta+, ingenieros, economistas, historiadores y filólogos psicoanalizando nuestras realidades, por qué somos tan viejos, por qué usamos somieres de cierre, por qué ardemos, por qué, por qué.

Nos conocemos regular, la verdad. Somos pocos y demasiadas veces mal avenidos, o al menos mal vertebrados. La brecha oficial habla de la Galicia atlántica y la interior, dos mundos con pulsiones contradictorias, según la tesis más manejada. Puede que sea así, y que el influjo multiplicador del mar, esa riqueza bañada en salitre, se pierda a la altura de A Cañiza, por el sur. Pero hay otra grieta de profundidad abisal, la que separa la Galicia urbana y la rural, dos mundos descosidos que se miran con recelo. En la ciudad se confunde el rural con un jardín, un territorio bucólico y pastoril al que se va de merienda. Desde las aldeas se desestima esa ignorancia displicente del tipo que confunde el progreso con los semáforos y que cuando ve una vaca pregunta por qué todas tienen nombre de mujer.

Galicia ha vivido una inercia existencial en la que hemos intervenido poco. Un mismo partido la ha gobernado durante 25 años desde que somos autonomía y mirándonos con algo de autoexigencia, sin concesiones folclóricas, es inevitable preguntarles si de verdad tienen un plan, una idea clara de qué quieren hacer con un país en el que faltan grandes relatos y sobran crisis estructurales. Alentador que ante la rutina chata de los políticos, la sociedad reaccione. Falta que escuchen.