No cabe duda de que la señora Theresa May ha cogido por sorpresa a propios y extraños al adelantar las elecciones generales británicas que estaban previstas para el 2020. La sorpresa es una condición importante para ganar batallas militares o políticas. Pero podemos preguntarnos: ¿Qué gana el Partido Conservador con esta maniobra? ¿Es que estaban tan mal? Pues no, parece que las encuestas les daban 20 puntos de ventaja sobre los laboristas. Entonces más bien parece que May no se fía de que en el futuro, con la negociación del brexit, las cosas les vayan tan bien. En su discurso de anuncio de las elecciones dijo que el país necesita de la unidad y estabilidad para afrontar el brexit. Pero no parece que este sea el procedimiento, porque en el poco tiempo que les ha dejado tanto los laboristas como los liberales van a tener motivos para actuar conjuntamente, y por lo de pronto las negociaciones del brexit con la UE se van a ver más entorpecidas, en medio de la confusión electoral. Así, ha dejado plantados a los europeos, que es de suponer actúen en consecuencia para defender nuestros intereses, porque ya sabemos que en estos tiempos revueltos pueden pasar muchas cosas, tanto en Europa como en el Reino Unido.