Autónomos o autómatas

César Casal González
césar casal CORAZONADAS

OPINIÓN

02 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Todos conocemos a algún autónomo. Tenemos familiares o amigos que cruzan a diario ese desierto. Son penitentes. Siempre han sido un colectivo descuidado. Recibieron algún retoque siempre menor que las promesas que les hicieron. Poca cosa. Supuestos cambios o mejoras en las leyes, cuyas propuestas siguen atascadas (atracadas, más bien) en el gallinero/varadero del Congreso de los Diputados no avanzan. Cogerse una baja para estos autónomos es una proeza.

Antes era directamente casi imposible. No se valora lo suficiente lo que aportan a la economía. Lo que suponen siempre. Ahora más, desde la crisis. Los autónomos, a los que, como decía, se les prometió de todo, tarifa plana, nevera y casi Canal Plus, fueron claves para que muchos parados pudiesen sumarse a la economía activa con el único empujón de un carácter emprendedor. Gente que vio cómo quebraron sus empresas y cómo el edificio de ellas se les cayó encima, cómo sus vidas quedaban deshechas, y que se levantaron y empezaron a trabajar con esa categoría de autónomo. Un milagro mal contado de nuestra economía. Mal contado y mal premiado. Las promesas siguen siendo promesas. Y encima un excelente trabajo de Manoli Sío, de la sección de Economía de La Voz, le pone números en forma de títulos a la situación que no deja lugar a dudas: «La jubilación media de los autónomos gallegos no llega al salario mínimo». «La pensión se sitúa en los 605 euros, 465 menos que la prestación del régimen general». Ese es el futuro que se les viene encima. Un pasado para olvidar, donde nadie les hacía caso; un presente lamentable con un montón de asuntos pendientes; y un mañana, cuyo horizonte es dejarlos en la jubilación rozando el umbral de la pobreza. ¿Dónde están los políticos y los gestores? No son autónomos, estos héroes son autómatas, porque solo una máquina que no siente ni padece es capaz de aguantar semejante vendaval de olvido.