Donación de órganos

OPINIÓN

02 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos días se hacía público el balance de la actividad trasplantadora del año pasado. España no solo sigue siendo líder mundial en donación y trasplantes (y van ya 25 años seguidos), sino que pulveriza su propio récord y alcanza máximos históricos. El hospital de A Coruña, el CHUAC, sigue siendo uno de los primeros centros trasplantadores del país. No obstante, también conocíamos que Galicia arrastra la tasa de negativas familiares a donar más alta de España y que el CHUAC, con un 32 %, alcanzó la peor cifra de los últimos años, el doble que la media nacional. Un dato bien preocupante que, lejos de mejorar, ha empeorado. 

Cuando la enfermedad nos toca de lleno, en un ser querido o en nosotros mismos, enseguida reclamamos el mejor tratamiento posible. En muchos casos eso significa recibir un órgano. Entonces sí, exigimos de los demás un comportamiento altruista que antes no teníamos. Reclamamos que se donen órganos, exigimos de las autoridades y de los equipos médicos que pongan toda la carne en el asador. En definitiva, nos acordamos de santa Bárbara cuando truena. Eso ni es eficaz ni es moral.

Desde estas líneas pido coherencia. La mejor sanidad posible pasa, en este como en tantos otros casos, por el compromiso de todos nosotros. No hay ninguna causa que justifique una negación a donar órganos, y mucho menos religiosa. Ojalá que el próximo año el titular sea bien distinto.