Campañas publicitarias

Albino Prada
Albino Prada DEBATE | LA ERA TRUMP

OPINIÓN

22 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Guy Standing, catedrático miembro de la Academia de Ciencias Sociales del Reino Unido, resumía así el ascenso de Obama en 2008: «Se vio empaquetado y vendido como un producto de moda. Su asesor en las redes sociales provenía de Facebook; otro asesor creó una marca Obama mediante hábiles instrumentos de mercadotecnia, con un logotipo (amanecer sobre bandas y estrellas), mercadotecnia viral experta (una breve melodía perentoria) una eficiente distribución del producto (anuncios en los videojuegos de deportes), un anuncio comercial de 30 minutos y una lección estratégica de alianzas (Oprah para alcanzar una máxima audiencia, la familia Kennedy para dar seriedad, estrellas hiphop para la imagen callejera …). No en vano la Association of National Advertisers le otorgó el premio por la mejor campaña publicitaria del año».

Según él esto es lo que sucedió a continuación: «Obama ganó frente a la débil oposición republicana, en el contexto de una guerra desastrosa y una economía al borde de la licuefacción. Podía haberse arriesgado a atacar el proyecto neoliberal, pero en vez de hacerlo respaldó al FMI, que había sido uno de los principales culpables de la crisis por su desmedido orgullo, rescató a los bancos y nombró a Larry Summers, el hombre que había diseñado la política responsable de las hipotecas subprime, como su asesor económico principal. Obama nunca trató de conectar con los precarizados, aunque muchos de ellos esperaban que lo hiciera».

Mientras en la Italia de Berlusconi, y en otros países, se forjaba una alianza entre una élite privilegiada y una clase media-baja que teme caer en el precariado, en Estados Unidos el Tribunal Supremo dictaba en 2010 una sentencia, en el pleito Citizens United vs Federal Election Commission, que abría camino a una posdemocracia de mercado.

Para el citado catedrático inglés: «El tribunal decidió que cualquier empresa, sindicato o asociación profesional podía realizar contribuciones ilimitadas a las campañas políticas, razonando curiosamente que tenían los mismos derechos que los individuos a participar en las elecciones. No fue pues una sorpresa que las siguientes elecciones al Congreso a medio mandato estuvieran dominadas por feroces ataques personales financiados por grupos creados para ocultar de donde venía el dinero. Los fondos para los candidatos de extrema derecha se sextuplicaron, yendo la mayoría de ellos a candidatos que hacían campaña a favor de la reducción de impuestos, más subsidios a las empresas, menor protección al medio ambiente, derogación de la reforma sanitaria y una actitud más dura contra la inmigración y los inmigrantes».

¿Les suena todo esto?. Escrito, por cierto, en 2013 cuando aún Trump no era ni candidato. Fue esa máquina (súper PAC los llaman allí) la que lo hizo emerger contra viento y marea como un Supermán que evitaría la debacle de la clase media norteamericana. Por eso doy por hecho que también debiera recibir, como Obama en 2008, el premio de 2016 a la mejor campaña publicitaria de la nueva posdemocracia del siglo XXI.