Se nos ve el plumero

Javier Guitián
Javier Guitián EN OCASIONES VEO GRELOS

OPINIÓN

04 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La publicación de una noticia en La Voz sobre la aparición de unos plumeros de la Pampa al borde de una carretera en la sierra de O Courel, ha puesto de actualidad el debate sobre las plantas invasoras y, de manera concreta, sobre esta especie. Cortaderia selloana, que así se llama, es una planta introducida como ornamental que hoy se encuentra plenamente naturalizada, tanto en ambientes antropizados (bordes de caminos, carreteras, autopistas, etcétera) como en hábitats más o menos naturales o seminaturales (bordes de ríos y torrentes, etcétera).

Al parecer, su expansión reciente en Galicia se atribuye a la plantación en la mediana de la autopista AP-9, en cuyo entorno supone ya una auténtica plaga, y en la A-6. Sin embargo, su distribución actual rebasa, ampliamente, las áreas litorales a las que inicialmente se circunscribía, alcanzando ya Ourense, Becerreá, Monforte o El Bierzo. Dicho de otro modo, la invasión hacia las tierras frías ha comenzado.

Curiosamente, según una encuesta realizada en Galicia, la percepción social de la amenaza que suponen las especies invasoras está bajo mínimos, más allá de aquellos sectores directamente implicados en cuestiones ambientales (científicos, gestores, etcétera). Resulta obvio que la ausencia de campañas de sensibilización sobre la cuestión y la falta de una política decidida en la materia son puntos clave aunque, a nivel local, existen iniciativas destacables como la del Concello de Oleiros.

Es verdad que las cuestiones relacionadas con la fauna y flora urbanas, y los problemas ocasionados por ellas, corresponden a los municipios. En este sentido, las ordenanzas municipales pueden ser instrumentos útiles en relación con el tema de las especies exóticas invasoras: es conveniente adaptarlas (por ejemplo, ordenanzas de protección y tenencia de animales, áreas verdes y arbolado viario, etcétera), y tener en cuenta esta problemática en los pliegos de contratación de obra municipal.

Sin embargo, la gestión de especies invasoras corresponde a las comunidades autónomas y aquí está el problema. Disponemos de un catálogo de especies invasoras, de información sobre la biología de estas especies y, en muchos casos, de su distribución precisa, pero carecemos de una política global, con dotación presupuestaria suficiente, que permita abordar el problema con ciertas garantías, y así las cosas irán cada vez peor.

En muchas áreas de Galicia las plantas invasoras están arrasando la vegetación autóctona; lo podemos ver en muchas áreas ourensanas con la mimosa o en la provincia de A Coruña con el citado plumero. El problema no puede quedar en manos de concellos, asociaciones o voluntarios, tampoco desaparecerá porque nos reunamos o hagamos bonitas presentaciones en power point; las plantas y los animales no se enteran. Hace falta un programa concreto de erradicación dotado de fondos, un control ambiental sobre las obras de nuevas infraestructuras y plantaciones, y una campaña seria de prevención y concienciación.

Puede que la aparición de la hierba de la Pampa en la sierra de O Courel sea una anécdota, aunque a mí no me lo parece. Que a estas alturas alguien plante esa especie en un área recreativa pone de manifiesto hasta qué punto la política de lucha contra las especies invasoras en Galicia es un fracaso. Dicho de manera coloquial, una vez más se nos ve el plumero.