Nuestro huso: gaullista

Jorge Mira Pérez
Jorge Mira EL MIRADOR DE LA CIENCIA

OPINIÓN

30 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los parlamentos balear y valenciano han pedido no aplicar el cambio horario estacional hecho hoy. De hacerles caso, la medida equivaldría a sumar una hora al huso durante unos meses, un cambio diametralmente opuesto a quienes demandan restarla y adoptar la hora de Londres (razonando en base a una Tierra plana y el meridiano de Greenwich). Tal baile evidencia dos cosas: a) abrir la caja de Pandora del huso horario ha sido irresponsable; b) nuestro huso actual es la opción centrada, frente quienes quieren modificarlo, restando o sumando, con idénticas promesas mágicas (e incompatibles entre sí). Entretanto, en una jornada celebrada en el Consello da Cultura Galega, se intentaba desmontar algunas de las falacias usadas para argumentar sobre este tema, evidenciando con datos que: a) en España anochece en verano a la vez que en las zonas más pobladas de la Unión Europea, y lo mismo ocurre con el amanecer invernal; b) no existe la supuesta anomalía de los horarios españoles.

También se pidió sensatez con la argumentación histórica: la Guerra Civil y la consecutiva Guerra Mundial vivieron adelantos de horarios en todas las facciones enfrentadas. Una vez acabadas, fue Charles De Gaulle en 1945 quien vio las ventajas de mantener el actual horario central europeo; España solo se mantuvo alineada con su vecino más importante. Solo cinco años después De Gaulle impulsó la CECA, el germen de lo que hoy es la UE. Sus socios fundadores ya compartían algo: el huso horario. Nuestro huso no es nazi, es gaullista y europeo.