Trump y el falso relumbrón

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

19 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Durante meses me he resistido a escribir sobre él. Sin embargo, cuando ya queda menos de un mes para que tengan lugar las elecciones presidenciales en Estados Unidos y a la vista de cómo se está ensuciando la campaña, creo que es el momento de hacerlo. Y no porque todo en su persona sea susceptible de burla: su lenguaje soez, su prepotencia... Tampoco por los casos de abusos que están saliendo a la luz, sino porque es difícil no sentir repugnancia por alguien que representa una ideología barriobajera, racista, misógina y de supremacía blanca en pleno siglo XXI, un individuo que representa lo peor de la sociedad norteamericana amparado en el éxito empresarial y el logro económico. Ni siquiera porque es el prototipo del businessman prepotente que ha llegado a la cima avasallando a todo aquel que se ha cruzado en su camino. Lo que me impele a hablar sobre él es reconocer que si ha llegado a erigirse en el candidato del Partido Republicano es porque millones de norteamericanos están de acuerdo con su discurso -si es que la sarta de sandeces que dice se pueden calificar de tal- y porque hay millones que se identifican con su forma de actuar y de pensar. Una triste realidad que debiera hacernos reflexionar de quién, para quién y cómo se nos gobierna y si realmente tenemos lo que nos merecemos. Vayan algunas pistas que nos da el diccionario: trump significa triunfo; trump up significa hacer acusaciones falsas y trumpery es relumbrón. Hagan ustedes su propia composición añadiendo el nombre de pila del famoso pato de Walt Disney.