La carta de despedida más larga

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

27 sep 2016 . Actualizado a las 08:31 h.

Sánchez está escribiendo la carta de despedida más larga de la historia política en España. Y encima es una carta cifrada. No es conocedor de la primera norma de las artes marciales (arte clave en política). El que amaga es el que recibe. Nunca amagues el golpe. Llevas las de perder. El líder (¿líder?) de los socialistas, desde que entró en nuestras vidas, no hace más que amagar. Ganó la secretaría general y la candidatura amagando con una estancia fugaz. En el fondo es lo que le vendió a Susana Díaz para que ella le apoyase y nos metiesen de la mano en este enredo que estamos pagando todos. Ese primer amago consistió en «déjame ganar, Susana, que en realidad te guardo la silla». Nada de eso. Segundo amago, aquel pacto que no iba a ninguna parte con Ciudadanos. Un amago de Gobierno. Solo hay dos caminos en España: un Gobierno de derechas o un Gobierno de izquierdas. Lo demás es hablar por hablar. El tercer amago fue el «no, no, no» contra Rajoy. Ya oía Sánchez que había mucha gente, sí, también en su partido, contra ese bloqueo. Pero él siguió con esa música frustrada que tan bien interpreta este saxofonista desafinado. Y ayer, después del varapalo en la mejilla gallega y en la mejilla vasca, el cuarto amago. Pongo en marcha la maquinaria del partido para defenderme con ella y buscar el voto asambleísta que me pueda salvar. Y mientras, sigo adelante con el Gobierno Sanchenstein, ese consejo de ministros absurdo e imposible que daría ministerios a Albert Rivera, a su derecha, y a Pablo Iglesias, a su izquierda. Todo para ser presidente diez minutos y expresidente el resto de su vida. Que le solucionen la vida laboral de una vez para que pueda poner cuanto antes punto y final a esta infinita carta de despedida. Ya está bien de amagar y amargarnos.