El beso paralímpico

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

25 sep 2016 . Actualizado a las 10:19 h.

Los juegos paralímpicos son un ejemplo. Las imágenes del esfuerzo de estos deportistas, que no corren sobre pistas regadas con dinero y vanidad de nuevos ricos, son un pleno de emoción. España es una potencia. No solo somos el país que está a la cabeza en consumo de cocaína. También sabemos competir desde la dificultad, al igual que lideramos los trasplantes. No todo es obscenidad en nuestro país. Nuestros medallistas paralímpicos (y todos los participantes) nos abrieron la boca, de admiración. En estos segundos Juegos de Río para discapacitados, que en realidad deberían ser los primeros, hubo fotografías que nos saltaron las lágrimas. Pero, más allá de los colores de los países y de las medallas, una imagen dio la vuelta al mundo. La foto de un beso corrió como un calambre por Internet. El beso. Tan hermoso como el de Klimt. Un fotógrafo de la agencia Reuters, Ueslei Marcelino, captó cómo, en su segundo plano, Adam Lancia, de 31 años, abrazaba y besaba a su novia Jamey Jewells, de 27. Estaban los dos subidos a la silla de ruedas de ella. Conozcamos su historia. Una historia que demuestra que los límites están en nuestra mente. Los dos juegan con Canadá al baloncesto en silla de ruedas. Ella acababa de quedar quinta. Y él fue a besarla. Adam nació sin piernas. Desde que cumplió un año, usa prótesis y, desde los cinco años, practica deportes adaptados. Desde los nueve, el baloncesto. Adam ha estado en cuatro juegos. Jamey está en silla de ruedas desde los 14 años, cuando sufrió un accidente de tráfico. Se casaron hace cuatro años y son padres de una niña de 3 años. Tienen una fundación que trabaja para que jóvenes con problemas físicos se integren y practiquen deporte. La foto de los dos canadienses arrasó. Por una vez, las redes sociales sirvieron para algo hermoso, más allá de multiplicar presuntas genialidades que no aguantan un análisis serio. Adam y Jamey no sabían que posaban para emocionar al mundo. Se puede ser feliz desde la necesidad y se puede ser cruel desde la abundancia.