Bodorrio con tilde

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

17 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Uno de los acontecimientos sociales del año nos ha tenido en vilo a todos por unos días y ha puesto a prueba el nivel de la ortografía de algunos tituladores de noticias. Se trata del enlace matrimonial de Rocío Carrasco y Fidel Albiac.

El nombre por el que la dama es conocida desde su más tierna infancia, Rociito, divide a la prensa especializada. Un alto porcentaje de las webs y publicaciones rosas lo tildan en la segunda i. Así, encontramos títulos que hablan de «el bodorrio de Rociíto», «la venganza de Rociíto», «Rociíto, una boda de tres días y veinte platos», «lo que Rociíto le dijo a su hija», «atacan cruelmente a Rociíto», «la boda gitana de Rociíto», «todo sobre la gran boda de Rociíto», «cabreo monumental de Rociíto», «detalles insólitos de la boda de Rociíto»... Frente a todos estos, unos pocos en los que el nombre aparece sin acento gráfico, Rociito.

El hipocorístico de la hija de la gran Rocío contiene la secuencia vocálica ii, que también aparece en chiismo, chiita, en compuestos cuyo primer elemento termina en -i y el segundo empieza por i- (antiincendios, semiinconsciente, toxiinfección), y en diminutivos de palabras cuya raíz termina en -i tónica a la que se añaden sufijos que comienzan con i- (diita, priista, Rociito).

Dos vocales cerradas contiguas (ii, uu) en una palabra pueden percibirse como hiato o como diptongo, pero a efectos ortográficos se consideran hiatos, es decir, cada una de esas letras pertenece a sílabas distintas. Es el caso de Rociito: Ro-ci-i-to. A las palabras que contienen hiatos formados por dos vocales iguales se les aplican las reglas generales de la acentuación, tanto si una de las vocales es tónica como si las dos son átonas. Rociito, como chiismo, es una palabra llana terminada en vocal, por lo que no debe tildarse.

Sin embargo, son muchos los que ponen el acento gráfico sobre este diminutivo. Quizá porque arrastran el del nombre del que procede, Rocío. Casos similares son los de diita y tiito, diminutivos de día y de tío, respectivamente.

Hace catorce años dedicamos esta columna al mismo problema. El motivo fue entonces la publicación en una revista de una información bajo el título «Fidel, denunciado por malos tratos a Rociíto». Casi tres lustros después no se percibe mejoría en la forma de escribir de algunos de los que nos ilustran sobre las venturas y desventuras de los famosos. Al menos, la mujer de nombre ortográficamente mancillado ha pasado de aparecer como víctima de unos supuestos malos tratos a convertirse en la afortunada esposa de Fidel. Felicidades.