Un gran puerto para Galicia

Andrés Precedo Ledo CRÓNICAS DEL TERRITORIO

OPINIÓN

19 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Acaban de publicarse los datos del movimiento portuario español para el primer semestre del año. Entre los catorce punteros hay dos gallegos. El principal, A Coruña, con 6,7 millones de toneladas, y el segundo, Ferrol, con 5,9. El coruñés, en el puesto doce por el tonelaje y en el séptimo por el crecimiento; el ferrolano ocupa el puesto trece, es decir, el siguiente, pero está entre los seis que decrecen, en cuyo cómputo se incluyen también los dos mayores puertos del Norte: Bilbao (baja 2,4) y Gijón (baja 0,7). Los datos nos sitúan en una posición media, pero si en vez de contabilizar los dos puertos ártabros los sumamos, alcanzaríamos una tasa de evolución positiva en conjunto y sobre todo ascenderíamos al puesto octavo.

Si miramos al futuro y pensamos en una estimación de crecimiento continuada, derivada de la rentabilización de los dos puertos exteriores una vez en funcionamiento la conexión ferroviaria, podríamos ponernos en el cuarto lugar. En resumen, Galicia podría ofertar el cuarto puerto español, lo cual sería mucho más atractivo para las navieras y para situarnos como un polo económico destacado. Hace tiempo que defiendo, junto con otros analistas, esta tesis. Solo es necesario integrar las dos autoridades portuarias en un solo organismo gestor. La proximidad y las interrelaciones y las complementariedades existentes lo aconsejan y las economías de escala reducirían el coste de gestión y asegurarían una mejor coordinación de los tráficos.

Pero, como siempre, los localismos y los intereses personales son un obstáculo para avanzar en esa dirección. No importa que detrás viniera, como necesidad añadida, la conexión de Ferrol al eje de alta velocidad; ni la posible construcción de un gran puente, al estilo del que se hizo en la bahía de Cádiz, para acercar los puertos y las ciudades, ni importan otras ventajas añadidas. Siempre nos encontramos con las visiones localistas que impiden que en Galicia podamos acometer grandes proyectos territoriales y en particular metropolitanos, que sin duda nos posicionarían mejor en ese mundo de ciudades al que nos dirigimos. Ahora que se acercan las elecciones autonómicas, sería una buena ocasión para que los candidatos nos presentaran esos grandes proyectos y no se quedaran el debate partidista, en las tácticas pactistas o en ajustes burocráticos.

Galicia necesita grandes proyectos para atraer nueva población, y hay base para hacerlos. Solo falta una visión más allá del cortoplacismo interesado y orientada a un futuro más ambicioso. Solo así dejaríamos de ser una región en regresión demográfica estructural y permanente de la que solo nos salvan algunas grandes empresas cuyo éxito nada tiene que ver con la política, sino con la ambición de sus promotores o dirigentes. Para sacar a Galicia de su letargo, los políticos no solo deben ser gestores sino creadores de un nuevo proyecto de país, con iniciativas nuevas que incrementen nuestra competitividad global.