Núñez Feijoo contra Núñez Feijoo

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

30 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los griegos tenían un caballo de madera para entrar en Troya y Leónidas, el rey de Esparta, tenía sus Termópilas para resistir al imperio de Jerjes y sus persas. Núñez Feijoo se tiene a sí mismo. Y contra sí mismo va a batallar en las próximas elecciones autonómicas.

Yo, si fuese Feijoo, las hubiese convocado el 26 de junio. Hubiese ganado por mayoría absoluta y calculo que aportaría al PP de Madrid un par de diputados más. Porque el Partido Popular en Galicia tiene un aval que le falta en España: el político que no ha perdido nunca unas elecciones y las dos que ha ganado las ha rubricado con mayoría absoluta. He dicho muchas veces que los gallegos eligieron bien en el 2009, cuando contra pronóstico colocaron a Feijoo en San Caetano. Era él o un bipartito que se hacía la oposición a sí mismo, que se repartía los medios de comunicación públicos -como resultado de una subasta para obtener el control mediático- o que se levantaba de las mesas de gobernanza sin previo aviso. Los gallegos optaron por el sosiego. Y eso fue lo que eligieron. En los peores tiempos económicos para España y Europa, Galicia se mantuvo a flote. No es poco. Ahora toca votar de nuevo. Y cuanto antes, digo yo, mejor.

Sin pensarlo ni un segundo, yo, que no soy Feijoo, las convocaría con Urkullu y las vascas el 25 de septiembre. Sería el golpe en la mesa de Galicia frente a España y el descontrol en el que bogamos estos días inciertos. Un golpe en la mesa para refrendar que frente a la creciente inestabilidad política, un rincón de España elige la calma: la serenidad de un Gobierno firme que no tenga que depender del chantaje, irrevocable, de ideologías perdidas ni de los perdedores que las sostienen.

Así, mientras unos se enfrentan por sus listas electorales (el PSOE de Caballero y el de Leiceaga, que no son el mismo), y otros ni tienen candidato ni conocen aún cómo concurrirán a los comicios (juntos, revueltos o por separado), el PP parece unido y cohesionado frente al reto de las autonómicas. Así, mientras unos dirimen posturas y diatribas, Feijoo patea Galicia pueblo a pueblo y parroquia a parroquia. Por eso digo en el título de esta columna que él es su propio enemigo. No tiene otro. Enfrente está el laberinto de Creta: donde Dédalo quiso esconder al minotauro. Enfrente, el desorden y el barullo. Esto no es una opinión, obviamente. Le bastará a usted, lector, leer el periódico cada día para constatar que no falto a la verdad: las mareas, y sus derivaciones semiológicas, han entrado en mar brava y el PSOE sigue en fase de descomposición permanente.

Núñez Feijoo se tiene a sí mismo, dije arriba. Y contra sí mismo peleará. No solo creo que va a obtener mayoría absoluta, sino que pienso que será su victoria más contundente. Sin ayuda de Madrid, Génova 13, que solo quita. Y sin ayuda de otro patrimonio que no sea el sentido común de los gallegos. Como en el 2009. Contra sí mismo y contra pronóstico.