Galicia ante su encrucijada

OPINIÓN

24 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las elecciones a celebrar este año van a poner a Galicia ante una encrucijada. No es la primera vez pero esta tiene sus particulares circunstancias. De algún modo está afectada por lo que ha ocurrido con las elecciones generales, aunque la refracción proyecte algunas singularidades. La ausencia del BNG en las Cortes Generales es un indicio, como también la pretensión de Marea en común podemos de constituir un grupo parlamentario en el Congreso.

Es cierto que con el Partido Popular y con el PSOE Galicia ha estado presente en las Cortes, y que esa palabra figura como parte de la sigla general por lo que se refiere a nuestra tierra.

También lo es que ello responde a la exigencia de una realidad diferenciadora, aunque no ha habido tanta fuerza como en Cataluña o en el País Vasco.

Pero sin beneméritos esfuerzos anteriores no hubiera sido posible el reconocimiento de la singularidad en la Constitución de 1978, que no tiene que ser diluida en la generalización uniforme de las Comunidades Autónomas.

Cualquiera que sea el valor que merezca, es una referencia ineludible para todos los actores que participarán en las elecciones y de acuerdo con ella pueden ser juzgados por la ciudadanía.

En Galicia ha habido una alternancia bipartidista, aunque desigual, que también parece alterada. La bipolaridad actual se expresa en un Partido Popular tradicionalmente hegemónico y una plural izquierda.

El PSOE, a juzgar por las primarias, ha acentuado ese carácter y su inclinación, más que teórica en los ayuntamientos, hacia la izquierda de las Mareas.

En la deriva de Anova y su aproximación a IU ha prevalecido de un modo pragmático el izquierdismo sobre el nacionalismo; la misma finta que ha llevado a la fórmula Unidos podemos, y que explica las resistencias que están registrándose.

Galicia aparece como el artificio que revela la idea de un partido instrumental incluyendo a las mareas. Hasta el nombre desaparece como ha sucedido en entidades y empresas.

El BNG siempre se ha declarado nacionalista de izquierdas. Por lo tanto, el bipolarismo está servido para las nuevas elecciones. Qué papel va a jugar un partido como Ciudadanos, con una centralidad ficticia carente de sensibilidad gallega, más condicionado que el Partido Popular y el PSOE.

No tiene sentido ese hueco en el que se cobijaron, además de la abstención, votantes del Partido Popular el 20 D.

Y, sin embargo, en el cuadro de Mendeleyef político existe sin ocupar el que correspondería a un centro autonómico gallego, que no sea un remedo acomplejado de un nacionalismo que aspire en un horizonte indeterminado a la independencia, y que ayude a alumbrar la ilusión gastada y cooperar al entendimiento sobre las cuestiones propias de Galicia, con el objetivo de constituir un grupo parlamentario propio también en las Cortes o en coalición con otras fuerzas semejantes. Son necesarios los esfuerzos de todos para no quedar retrasados.

Quizá sea una utopía de quienes lo intentaron, que puede soñarse el día de Galicia, cuando se intenta mutilar parte de nuestra historia.