Europa tiembla

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

24 jul 2016 . Actualizado a las 10:01 h.

Hay que declarar el Estado de Sitio cuando es necesario. Hay que proclamar el Estado de Excepción cuando es preciso. Las medidas excepcionales se toman tras un juicio serio y sereno de las fuerzas de seguridad. El botón rojo solo se pulsa cuando hay que pulsarlo. Nada de eso sucedió en Múnich. Ni era un atentado yihadista ni la respuesta de la ultra derecha al primer ataque del otro día en Alemania, cuando un joven afgano con un hacha y un cuchillo atacó en un vagón de tren. Ese sí era soldado del ISIS, como se confirmó después. No lo era el joven de 18 años que provocó la masacre en un centro comercial. El diálogo grabado desde un móvil en una casa cercana, en el que se escucha al chico hablando con unos vecinos, estremece. Él dice que está a tratamiento psiquiátrico y que lleva sufriendo siete años de acoso escolar. El vecino que le graba y le recrimina la barbaridad que está haciendo le grita: «Eres un mierda». Ali David no tenía motivaciones yihadistas ni xenófobas ni de ultra derecha. Sus ídolos, su ordenador así lo ha vomitado, eran los jóvenes que como él mataron con crueldad en Noruega, en Estados Unidos, en Alemania. Asesinaron de forma indiscriminada. Igual que Ali David. La mente es el misterio más fascinante del hombre y también el más oscuro. Pero esa misma mente cuando uno está al mando tiene que servir para tomar las decisiones acertadas. Y el despliegue policial y militar en Múnich ha quedado en evidencia. Los falsos avistamientos de tiradores por toda la ciudad no eran más que los propios soldados desplegados. Las redes sociales y los medios de comunicación contribuimos a la confusión. No se puede recurrir al séptimo de Caballería cuando no es necesario. Y no resulta eficiente. ¿Por qué lo hacemos? Porque Europa tiene miedo. El terror lo ha conseguido. Europa tiembla. Ojo, estamos en modo pánico.