El déficit público, las soluciones y los aliados

OPINIÓN

21 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hemos incumplido el horizonte de déficit y volveremos a incumplirlo ¿Qué hacer? Indicarle a los mercados que no nos hemos tirado al monte; es decir, que creemos en las bondades de unas cuentas públicas saneadas y que está en nuestra genética la estabilidad presupuestaria. Dicho esto, hemos de negociar una nueva prórroga y presentar un plan de ajuste creíble ¿Cuál? Rezaría por una reforma administrativa de calado, ojo, hablo de administrativa, no de eliminar médicos y maestros, pienso en burócratas y en una nueva estructura territorial, más reducida y ágil. Pero como esto es difícil que ocurra, déjeme que baje a la arena de lo probable, y, en este sentido, tengo claro que la rebaja fiscal de la que nos habla Rajoy para 2017 quedará en eso, en algo de lo que se habló. Dada nuestra presión fiscal, claramente inferior a la de nuestros vecinos, es previsible que nos convenzan para plantearnos algunos cambios en nuestra estructura fiscal y, si atendemos a lo que hacen en Europa, los mismos deberían ir por la vía de la imposición directa, es decir, impuestos sobre los hidrocarburos, alcohol, medioambientales e IVA. Este nuevo marco, si tiene algo de sentido, debería ir acompañado por una reforma del impuesto de sociedades, de tal modo que elevásemos el tipo efectivo medio de las grandes corporaciones y bajásemos el de las pymes.

Además, si somos capaces de ganar tiempo, podemos esperar que nuestros aliados hagan parte del trabajo. Uno que ya está llamando a la puerta, y que es el crecimiento económico, actualmente superior al del marco macroeconómico base. El otro, todavía está lejano y es la inflación. El objetivo del déficit es una ratio del mismo frente al valor de lo producido en España en términos nominales. Si las principales partidas de gasto, como los salarios públicos y coste de la deuda, crecen menos que los precios de la producción nacional, podremos afirmar que los precios están ajustando nuestro déficit. Dicho esto, es necesario advertir que ahora no se divisan subidas de precios; no obstante, si nos fijamos en la inflación subyacente está en el 0,7 % pronto, la general, impulsada por la subida del petróleo, podrá situarse por encima del uno. En el momento que ello ocurra podremos dar por rota la brecha deflacionaria en la que nos hemos instalado ¿Cuándo veremos esto? Previsiblemente el próximo año.