Escala de Richter

Manuel Luis Casalderrey
Manuel L. Casalderrey RINCÓN ABIERTO

OPINIÓN

02 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Con motivo de los recientes terremotos que se han producido en Japón y Ecuador se ha vuelto a hablar mucho en las últimas fechas de la escala de Richter. El pasado día 26 de abril se cumplieron 116 años del nacimiento de Charles Francis Richter, geofísico norteamericano, inventor de la escala que lleva su nombre y que se utiliza para la medida de la magnitud de los terremotos.

Se trata de una escala logarítmica. Es decir, en el paso de una unidad a la siguiente (de magnitud 8 a 9), la amplitud de las ondas sísmicas aumenta diez veces y la energía liberada se incrementa mucho más.

Los movimientos sísmicos, seísmos o terremotos son bruscas liberaciones de energía que se producen en el interior del planeta y tienen repercusiones en la superficie.

En las profundidades de la Tierra, hay una especie de enormes losetas (placas tectónicas) de forma irregular que se mueven lentamente e interaccionan. Cuando la tensión entre ellas es excesiva, se deslizan, se insertan una debajo de la otra, etc.

Como consecuencia, en ese lugar profundo, conocido por los científicos como hipocentro, se libera una tremenda cantidad de energía, que se propaga por la Tierra en forma de ondas.

Las que se propagan verticalmente coinciden en el epicentro, origen superficial del terremoto.

La propagación de la perturbación se hace por dos tipos de ondas. Las ondas P, longitudinales: sacuden el suelo horizontalmente y son las más rápidas. Y las ondas S, transversales: levantan y hunden el suelo y se desplazan más lentamente.