Plurales problemáticos

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

30 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El plural de los compuestos de dos sustantivos, el segundo de los cuales es un modificador del primero (tique regalo, año luz, mujer objeto) es un quebradero de cabeza para muchos hablantes que gustan de expresarse con esmero. En principio, solo el primero de esos nombres lleva marca de plural: casa cuartel/casas cuartel, café teatro/cafés teatro, operación retorno/operaciones retorno. Sin embargo, en muchos casos también es posible que el segundo de los sustantivos lleve marca de plural. La dificultad estriba en saber cuándo nos encontramos ante uno de estos.

El plural suele afectar al segundo de esos sustantivos yuxtapuestos cuando quien habla o escribe percibe fuertemente ese nombre como adjetivador del primero. Muchas veces se sabe que ese plural es posible porque el segundo sustantivo puede funcionar como atributo del primero en oraciones copulativas. La posibilidad de intercalar el verbo ser entre los dos elementos del sintagma puede ser la prueba del algodón: camión cisterna/camiones cisternas (Esos camiones son cisternas); país satélite/países satélites (Ambos países eran satélites de la Unión Soviética); punto clave/puntos claves (los puntos son claves).

Hay un grupo de sustantivos que se prestan más al plural cuando son el segundo elemento de estos compuestos. Es el caso de cumbre, espía, fantasma, líder, límite, modelo, piloto, pirata, puente... Sin embargo, no veremos hora punta pluralizada como horas puntas, ni papel prensa en papeles prensas o tren bala en trenes balas. Y así como hay casos que no plantean dudas, hay otros más problemáticos. Porque los coches restaurante de los trenes son coches y son restaurantes, y las casas cuartel de la Guardia Civil son casas y son también cuarteles, pero los coches restaurante y las casas cuartel predominan sobre los coches restaurantes y las casas cuarteles. En compuestos como estos es el uso lo que va asentando una forma de plural.

Casos singulares son los de los colores y los de los sustantivos macho y hembra cuando aparecen determinando nombres de especies animales. Estos últimos mantienen en plural la forma singular: los guepardos hembra, los jaguares macho. En cuanto a los colores que toman su nombre de objetos, suelen llevar marca de plural cuando se perciben claramente como adjetivos: pañuelos violetas, camisas rosas, pero chaquetas salmón, papeles marfil. En esto no hay normas fijas, sino tendencias de uso y la sensibilidad lingüística de cada uno.