Óscar para casi todos

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

01 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ganó Leooo. Messi, no: Di Caprio. Y el candidato eterno se llevó el Óscar eterno. El discurso se lo sabía tan de memoria que lo recitó como un niño de san Ildefonso canta los números. No se olvidó de nadie. No hubo triplete para Cate Blanchett. Pero qué más da. Ella tiene el mejor premio: ser perfecta. Tal vez como la política norteamericana está tan perdida (Trump) y es tan incapaz de consensos como la nuestra, que ya es decir, el reparto de estatuillas fue una exhibición de todo lo contrario: un ejemplo de buscar el acuerdo. Hasta en la ceremonia no pararon de tirarse de las orejas a sí mismos por el problemón racial. Así el Óscar al director fue para Iñárritu (que jamás terminará de creerse que empata con John Ford y con Mankiewicz) y el de mejor película para Spotlight. Es el año del periodismo. No hay duda y falta hace. Dos de los galardones más importantes del planeta han consagrado un oficio que, cuando es digno, emociona y hace llorar hasta a una estatua. El premio Nobel fue para Svetlana por su trabajo de periodista. Y el Óscar a la mejor película es para Spotlight, un filme que muerde en la verdad y que recuerda a aquel Todos los hombres del presidente que nos contaba el Watergate. El reparto continuó con el premio a la guapísima Vikander y con tal vez los demasiados Óscar técnicos para Mad Max (el de vestuario tenía que haber sido para nuestro Paco Delgado por la elegancia de La chica danesa). Sí hubo Oscariño para o noso Nico Casal. La tarta se comió entre casi todos, consenso se llama, algo que parece imposible en esta país de las no investiduras.