Estos días indecisos, uno contempla el coso político como un disparatado entremés. Los protagonistas principales entran y salen de escena como olas de mar, con sus espumas y sus aguas: unas más sucias que otras. Estos días indecisos la verdad es una quimera y el sentido común huye bajo las alcantarillas. Ya hemos escrito de casi todo. De la arrogancia del podemismo y de su teatro de variedades, de los separatistas que se quieren separar sin que nadie se lo pida (mis encomios son otra vez para En Marea, ese burbujeante cava gallego con sabor decimonónico y atuendo ochentero), de la vergüenza y sus vergüenzas. Pero de lo que todavía no hemos hablado es de las lecciones que imparte el caballero Sánchez y su escudero, el intelectual Luena.
Qué se han creído ustedes, me pregunto. Parece mentira que habiendo llevado al PSOE a los peores resultados de su historia y arrastrándose ante populistas y pañales (los del niño de la señora bien de Compostela) nos vengan ahora con que no negocian con el partido de la corrupción, o sea, el PP. Vamos, como si no supiera toda España que no ha habido partido más corrupto, y condenado por ello, que el PSOE. Y no les hablo de allá de los noventa, cuando entre rejas se citaban ministros y secretarios generales y directores de fuerzas del orden, sino de hace unos pocos días. Los lectores pueden encontrar en La Voz todos los detalles de los ERE de Andalucía, obviamente. También lo de la Pokémon, con sus alcaldes y el mandamás de la Hidrográfica. Por no seguir citando minucias de orden consuetudinario, como la investigación al propio secretario general gallego.
Ilustraré mi opinión con los datos facilitados en el 2009 por el fiscal Conde Pumpido, nada sospechoso de confraternizar con la derecha, en la Comisión de Justicia del Congreso. Reveló entonces, en gobernanza de Zapatero, que se estaban tramitando 730 causas contra cargos públicos por corrupción. PSOE y PP se llevaban la palma, con 464 del total de las causas, 264 el Partido Socialista y 200 el PP. Más: Coalición Canaria, 43 causas; CiU, 30; Partido Andalucista, 24; Izquierda Unida, 20; GIL, 17; Unió Mallorquina, 7; Esquerra Republicana de Catalunya, 5; BNG, 3; y PNV, 3.
Ganaba el PSOE, a muchas cabezas del resto. El mismo partido que por boca de Sánchez y Luena y Besteiro no quiere negociar con el PP por corrupto. Imparten lecciones los líderes del partido más enviciado de la democracia.
Corrupción y poder van de la mano, lo sabe bien Europa. Y quien más poder ha tenido, veintiún años en España y más de treinta en la comunidad más populosa, Andalucía, es el socialismo. Parece que quieren volver a tenerlo. A Sánchez no le importa a costa de qué ni de quién: pactará hasta con el demonio si es menester, opinen lo que opinen barones de antaño u hogaño. Lo que sí debiera importarle, digo yo, es caer en el espantoso ridículo de dar lecciones. Solo las justas, caballero Sánchez y escudero Luena, por favor.