Podemos y el referendo catalán

Francisco Sanz TRIBUNA

OPINIÓN

29 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El llamado derecho a decidir se ha convertido en estos días en el centro de la atención política y mediática, en parte porque Podemos lo ha incluido en su programa en el apartado correspondiente a Modelo territorial y el derecho a decidir, y exige su aceptación como condición previa a cualquier negociación sobre la formación de Gobierno. Los términos en que está formulado son los siguientes: ??Promoveremos la convocatoria de un referendo con garantías en Cataluña para que sus ciudadanos y ciudadanas puedan decidir el tipo de relación territorial que desean establecer con el resto de España??. La posibilidad de la convocatoria de un referendo con la finalidad de que Cataluña se pronuncie sobre si desea ser independiente de España -ya que no cabe entender que la propuesta de Podemos tenga otro contenido- choca con tan graves dificultades que la hacen no utópica, sino imposible.

El artículo segundo de la Constitución proclama la indisolubilidad de la unidad de la nación española, recalcando que es la patria común e indivisible de todos los españoles. Es obvio que cualquier referendo que pretenda decidir sobre la independencia de una parte de España exige previamente la modificación de este artículo. Pues bien, esta modificación, por afectar a un artículo que se encuentra en el título preliminar de la Constitución, exige: a) que el principio de modificación sea aprobado por los dos tercios de cada una de las Cámaras y la disolución inmediata de las Cortes; b) que las nuevas Cámaras elegidas ratifiquen la decisión de modificar dicho artículo y que redacten el nuevo texto que tendrá que ser aprobado por las mismas mayorías que la propuesta; c) finalmente, si se cumplieran favorablemente todos esos trámites, la reforma deberá ser sometida a referendo.

Supongamos que se han cumplido los pasos a y b favorablemente, que no es poco suponer, y se convoca el referendo. Sinceramente, ¿alguien está dispuesto a admitir que un referendo cuya finalidad es modificar un artículo de la Constitución para permitir que Cataluña decida si es independiente o no, obtendría mayoría cuando ni en Cataluña y en situación de efervescencia nacionalista es seguro que la alcanzase? Y este es el primer paso, porque después de la reforma constitucional, y a expensas de su alcance, habría de convocarse un nuevo referendo con la pregunta: ¿Quiere usted que Cataluña sea independiente?

Naturalmente, todo esto carece de importancia alguna para los independentistas catalanes, para quienes la única legalidad válida es la emanada de su Parlamento. Pero este no es el caso de Podemos, respetuoso con la legalidad, aunque con todo derecho quiera modificarla. Por esta razón, por su respeto a la legalidad, tengo la seguridad de que Podemos sabe que la convocatoria de un referendo sobre la independencia de Cataluña es una quimera. Y si es así, ¿por qué lo mantiene en su programa?