¿Qué pasaría si lo hiciese uno del PP?

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

11 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las dos varas de medir son las espuelas de las dos Españas. Las hay: las varas y, tristemente, las espuelas. Todo lo que haga la izquierda, en cuanto al disparate se refiere, se ríe y jalea. Pero si es un miembro del Partido Popular quien comete el error, entonces, a por ellos. Imaginen ustedes por un momento que fuese uno de derechas el que acudiese a un acto público, como el alcalde coruñés señor Ferreiro, y asegurase que el puerto exterior de A Coruña, que los empresarios y la mayoría de los ciudadanos consideran estratégico para el progreso de la ciudad, es similar al aeropuerto de Castellón. Imaginen que un alcalde del Partido Popular no asiste a un acto solemne que va a resultar trascendental para la ciudad que preside; una trascendencia significada en lo económico, cultural, publicitario y social (Martiño Noriega, por ser laico -dice- no asistió a la apertura de la Puerta Santa de Compostela). Imaginen que un cargo público de la derecha, y no una entrañable alcaldesa como la de Madrid, dijese que las madres atiendan los comedores, los universitarios limpien la ciudad y los niños recojan las colillas. Imaginen, yendo más allá aún, que los populares pidiesen que la presidencia de España recayese en un «independiente» que no se hubiese presentado a las elecciones, tal como solicitó a los pocos días de los comicios generales el ínclito Iglesias Turrión. ¿Qué sucedería si estas hipótesis dejaran de ser hipótesis y se cumpliesen? Al alcalde popular de A Coruña y al de Santiago les dirían que poco les importan sus ciudades y que solo se fijan en sus intereses partidistas o particulares. A la alcaldesa de Madrid la llamarían misógina y machista, quizá la acusarían de fomentar la esclavitud infantil y, sin duda, afirmarían que su actitud recuerda tiempos felizmente pasados y que la Ley de la Memoria Histórica se ha encargado de destapar. Por último, al que solicitase tras unas elecciones que presidiese España alguien que no se hubiese presentado a unas elecciones democráticas, lo tildarían, sin más, de fascista. Esto ha sucedido recientemente y la única voz que se escucha es la de aquellos que se niegan a que la arrogante superioridad moral de unos cuantos, todos muy progresistas, sea el pensamiento único de España. Porque lo de Ferreiro, Noriega, Carmena e Iglesias es reprobable. Como reprobable sería que lo hiciese un miembro del PP. Pero siendo del PP, lo lapidarían en el ágora pública de la opinión. Siendo de la España buena, risa y jaleo. Las dos varas de medir.