Entre el cásting y Míster España

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

27 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Hablábamos ayer del rali de los debates, con Rajoy rezagado y supongo que inteligentemente rezagado. Después de escrita la crónica, he visto al mismo Rajoy ejerciendo su papel secundario de comentarista deportivo en una radio y con descubrimientos tan interesantes como que el futbolista Bale es más peligroso que Pablo Iglesias, aunque no sé para qué. Después pude contemplar a Albert Rivera al lado de Pedro Piqueras de comentarista de la actualidad. Y ya cerrada la noche, Pedro Sánchez tuvo una amable conversación, cocina incluida, con Bertín Osborne. La noche anterior había estado Albert Rivera en El hormiguero. Creo que Rajoy también pasará por casa de Bertín o viceversa y he leído que hablará con María Teresa Campos en su programa Qué tiempo tan feliz. Ignoro si Bigote Arrocet también le hará preguntas.

Nunca unas elecciones tuvieron tanto de espectáculo. Los cronistas políticos no tenemos tiempo para ver tanta entrevista y tanto reportaje y los candidatos parecen tener el don de la ubicuidad. Cuando este cronista intervenía en esas cosas, la gran aspiración era que la revista Hola hiciera un reportaje de contenido muy familiar con muchas fotos de la esposa y los niños. Estoy por asegurar que Adolfo Suárez obtuvo así un montón de votos. Ahora la faz humana de los candidatos se presenta y decide en las televisiones, en sus programas más populares. Y no se trata de hablar de política, que es un peñazo, sino de todo lo contrario: de hablar de la vida y de las habilidades del aspirante.

Ese es el tema: las habilidades. Las presencias en televisión parecen un concurso donde gana el que mejor contesta a la pregunta «¿usted qué sabe hacer?». Están en el término medio de un cásting para conseguir empleo en el Gobierno y la elección de Míster España, donde hay que ser telegénico y responder a unas cuantas preguntas de carácter general. Gana el guapo y el simpático, aunque no sepamos si eso se traducirá en votos. Y, desde luego, aumenta nuestra cultura general. No tendríamos el mismo nivel si no supiéramos que Soraya Sáenz de Santamaría sabe bailar, que Pablo Iglesias interpreta bastante bien a algunos cantautores, lo que hace la niña de Albert Rivera o cuáles son los platos preferidos de Pedro Sánchez. Por cierto: ¿os habéis fijado que Mariano Rajoy viste bastante mejor? Se nota que ha pasado por el sastre.

Debo decir que los aspirantes son gente bastante completa. Pasan bien el cásting, aunque en algunos casos esté muy ensayado. Ahora solo nos falta saber un detalle menor: si además de cantar, bailar y cocinar tienen alguna idea de cómo gobernar España. O, rebajando un poco las ambiciones, si tienen alguna idea de cómo resolver el problema catalán.