Dos periódicos titulan de forma similar un dato que ofrece el barómetro del CIS. «El 41 por ciento de los españoles no ha leído un solo capítulo del Quijote», dice uno. «El 41 por ciento de los españoles no han leído un solo capítulo del Quijote», vemos en el otro. A algunas personas les desconciertan las distintas concordancias que se emplean en las oraciones en que el sujeto es un porcentaje. En el ejemplo citado, en un caso un 41 % de los españoles «no ha leído» y en el otro «no han leído». No ocurre solo con los porcentajes. La alternancia se da con mitad, grupo, mayoría...
Los sustantivos colectivos son los que, en singular, designan una pluralidad de cosas de una clase determinada: flota (barcos), pelotón (ciclistas), gente (personas)... Cuando aparecen en singular como sujeto, el verbo concuerda en singular: La flota se hace a la mar; El pelotón marchaba agrupado; La gente corría despavorida. Es distinto el caso de los sustantivos cuantificadores (grupo, mayoría, totalidad...). En singular designan una pluralidad de cosas o personas cuya naturaleza se establece mediante un complemento especificativo en plural: un grupo de niños; la mayoría de los físicos; la totalidad de los libros de la biblioteca.
Cuando el sujeto es uno de estos sustantivos cuantificadores con un complemento en plural, el verbo puede concertar en singular o en plural: La mayoría de los jóvenes estudia; La mayoría de los jóvenes estudian. Ello depende de dónde vea el hablante el núcleo del sujeto, en el cuantificador (mayoría) o en el especificativo (jóvenes). La concordancia en plural es posible incluso cuando el especificativo no está expreso: La mayoría estudian. Hoy es mayoritaria la concordancia en plural, única normal, dice la Academia, cuando el verbo lleva un atributo o un complemento predicativo: En la Universidad, un 56 % de las mujeres es profesor ayudante. También es obligatoria la concordancia en plural cuando el cuantificador no lleva determinante: Multitud de personas acudieron a la fiesta.
En los casos que admiten dos o más opciones posibles, la mayoría de quienes escriben suelen emplear una sistemáticamente. En el asunto que nos ocupa, los que prefieren el plural no corren el riesgo de equivocarse. Quienes optan por el singular pueden incurrir en incorrección por no analizar cada vez si es aplicable. Otras veces opera la creencia de que con un sujeto formado por un cuantificador en singular y un complemento en plural el verbo solo puede concertar en singular.
No sabemos cuál fue el caso de quien escribió en un periódico: «La mitad de los niños es alta». Debió de quedarse tan pancho.