Centrista y moderado frente a radical y antisistema

Albino Prada
Albino Prada CELTAS CORTOS

OPINIÓN

13 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Estos últimos días unos políticos (des) calificaron a otros bien como radicales (Rajoy a Sánchez), o bien como rupturistas y antisistema (Sánchez a la CUP catalana), mientras otros huyen de tales calificativos alejándose de lo que llaman margen izquierdo del tablero (que es donde sitúa Iglesias a Garzón). Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera quieren ocupar una virtuosa centralidad y alejarse del radicalismo antisistema. Aceptar las reglas de juego institucional sin pretender hacer cambios radicales.

Sin embargo podría haber entre el electorado quienes, aceptando las reglas de juego institucional, planteen como necesarios cambios radicales; sin que estos sean necesariamente ni de extrema izquierda ni anticapitalistas.

Para no llamar en vano a alguien radical, o aún menos antisistema, podría ser útil aclarar qué es un cambio radical, por ejemplo hoy en España en lo económico, aun aceptando la propiedad privada y la economía de mercado. Pongamos por caso la siguiente lista de propuestas económicas. Que una parte del sistema financiero o energético fuese público. Que los gastos sociales han de tener prioridad sobre el pago de las deudas y sus intereses. Que se pueden incautar por el Estado empresas que interfieran gravemente con la competencia. Que la concentración de poder de mercado en determinados sectores es un riesgo para la economía, y debe ser evitada. Que las concesiones sobre recursos naturales deben serlo por un plazo máximo de 50 años y retornar al dominio público. Que el derecho de propiedad privada sobre inmuebles, patentes o bienes de capital ha de estar supeditado a los derechos básicos de los ciudadanos (empleo, vivienda, alimentación, salud?), singularmente en el caso de los medicamentos. Que el Banco Central (de España o el Europeo) tenga como objetivo no solo el control de precios sino también del desempleo.

Estas propuestas, que solo un fundamentalista del mercado consideraría irracionales o inconvenientes, siendo radicales (pues van a la raíz de cuestiones económicas clave) no parece que sean antisistema; se limitan a perseguir el abuso de la propiedad y del mercado, no su propia existencia.

O, pongamos por caso, una lista más breve de propuestas políticas. Que la circunscripción electoral sea autonómica y que cada diputado (en las Cortes o autonómico) tenga el mismo coste en número de votos; que las listas de cada candidatura sean abiertas. Que una parte de España pueda decidir sobre su forma de encaje institucional o su separación, y el resto de los ciudadanos españoles aceptar o no dicho encaje. Que la actual forma de Estado monárquico pueda ser modificada democráticamente en republicana.

Sin duda son propuestas radicales (por eso Sánchez no lo es, aunque lo diga Rajoy), pero no creo que sean antisistema, aunque lo diga Sánchez. Tampoco son meros retoques del sistema ni el centrismo moderado que vende Rivera, ni la enigmática centralidad que busca Iglesias.