Turquía es la puerta por donde entran y salen miles de personas por culpa de la guerra de Siria. Entran por miles los jóvenes que quieren incorporarse a la lucha a favor del Estado Islámico (EI). En lo que va de año, según las agencias norteamericanas, suman unos 30.000, de los que unos 4.500 proceden de países occidentales. Actualmente se está superando la cifra del año pasado, es decir, que van en aumento. Así, a pesar de haberles producido unas 10.000 bajas con los 7.000 bombardeos, con las continuas incorporaciones el EI mantiene su nivel de efectivos, si bien ya comienzan a producirse deserciones, que son terriblemente castigadas.
Pero al tiempo que entran unos, por la frontera turca, salen los miles de refugiados que están llegando a Europa en una oleada que nos ha sorprendido. Pero de lo que se sabe poco es del gran negocio que funciona en el sur de Turquía para facilitar el tráfico de refugiados que se dirigen a Europa a través de las cercanas islas griegas.
Miles de sirios de todas la clases sociales huyen de la guerra vendiendo todas sus propiedades para pagar el viaje, como sea, que les cuesta miles de dólares en las agencias de viaje sui géneris.
El mismo Erdogan acaba de viajar a Bruselas pidiendo dinero a la UE para los gastos de los dos millones de refugiados que se alojan en el sur de Turquía. Vemos así cómo muchos se están aprovechando al fragor de esa guerra horrible.