A la puerta

Alfredo Vara
Alfredo Vara EL PUENTE

OPINIÓN

01 sep 2015 . Actualizado a las 10:02 h.

La riada no cesa. Son continuas las imágenes de familias con niños caminando exhaustos por las vías del tren, descansando en cualquier sitio o hacinados en los campos que se van levantando para atenderlos y, de paso, retenerlos. Europa sigue asistiendo atónita al continuo peregrinar de quienes buscan un lugar para ir viviendo mientras no puedan regresar a sus casas, si es que aún no han sido destruidas.

Los líderes europeos, como de costumbre, discuten largamente sobre cifras, en este caso el número de refugiados que ha de acoger cada país. Saben que van a seguir llegando. Las bombas y la barbarie empujan con tanta fuerza que ni las concertinas podrán detenerlos.

Esos cientos de miles de seres humanos necesitarán alimentos, vivienda y trabajo. Y eso provocará tensiones, como las que ya está viviendo Alemania.

Menos mal que Europa reacciona... y fija una reunión «urgente» de ministros del Interior para el 14 de septiembre. Menos mal que Rajoy habla por fin de cooperación, después de haber recortado drásticamente los fondos destinados a este fin desde los 1.971 millones del 2011 a poco más de 500.

El papa Francisco puso una vez más el dedo en la llaga al hablar de «globalización de la indiferencia». A Europa ya no le sirve la indiferencia, porque miles de refugiados ya están dentro de sus fronteras y muchos aguardan a la puerta un resquicio para entrar.

No bastará con concertinas, policías ni campos provisionales de refugiados. Habrá que acoger primero e integrar después a cientos de miles. Y tratar de actuar de una vez en sus países de origen para buscar vías de paz, frenar el éxodo y crear condiciones para el retorno.