La pregunta es fascinante. Hay muchos estudios al respecto. Aunque la otra pregunta clave sería: ¿cuánto tardas en desenamorarte? Este otoño llega una película con dos actores de gran tirón que pondrá de moda el tema del amor y el reloj. Se titula The Lobster y la protagonizan Colin Farrell y Rachel Weisz. La historia trata de que los solteros son encerrados en un hotel y tienen un límite de 45 días para enamorarse. No les desvelo qué les pasa si no lo consiguen. Fuera spoilers. Pero los estudios dicen que los guionistas de la película se han pasado y de largo. En realidad, hay sesudos informes que dicen que nos enamoramos en un chispazo. Vamos, el flechazo de Cupido de toda la vida. Según unos especialistas en las emociones de la Universidad de Siracusa y tal y como contó en el suplemento YES de La Voz mi compañera Alba Precedo, solo hacen falta dos décimas de segundo para caer rendido. Otros investigadores, estos del Reino Unido, son más cautos y calculan que son 8,2 segundos los que hacen falta. Los expertos añaden que una cosa es el flechazo y otra muy distinta lo que sucede luego con la compatibilidad de la pareja. Ya saben lo difícil que es hacer compatibles distintas versiones de dos seres humanos (la 2.0 con la 3.1, etcétera) y aquí no siempre funciona lo de reiniciar. Otro clásico es que los hombres se enamoran por la vista y las mujeres por el oído. Del desamor, mejor ni hablar ni cuantificarlo. Pero también tiene sus incómodos plazos. Lo que sí debe quedar bien claro es que, sea en décimas, en segundos o en días, el amor nunca es dolor. El daño no tiene nada que ver con querer. Sea un virus que se pilla de golpe o un contagio que llega poco a poco, placer es lo que nos debe dar. Que ya hay demasiados malos rollos en tantos otros platos del menú de la vida.