Seguridad Social, al borde de la quiebra

Fernando Salgado
Fernando Salgado LA QUILLA

OPINIÓN

30 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay tres cifras que se barajan estos días que nos deberían poner los pelos de punta. La primera, los ingresos de la Seguridad Social por cotizaciones sociales: las previsiones más realistas sitúan la recaudación en el entorno de los 100.000 millones de euros en el 2015. La segunda, el gasto en pensiones: unos 132.000 millones. La tercera, los recursos que aún quedan en la hucha de las pensiones: 40.000 millones en números redondos. Así pues, este año todavía estamos cubiertos, pero ¿y el año que viene? ¡Ah, ese es el motivo de nuestra angustia!

Agotado el combustible del depósito de reserva y descalabrado el viejo sistema que permitía sufragar las pensiones con los ingresos por cotizaciones -y aún ahorrar para los malos tiempos que, por desgracia, vivimos-, solo nos restan dos opciones. A cada cual peor. O bien reducimos la cuantía de las pensiones en vigor, o bien trasladamos una parte de la pesada carga a las maltrechas espaldas del Estado. Es decir, o recortamos la paga de jubilados, viudas y huérfanos, o abonamos con impuestos lo que no pueden sostener los trabajadores con sus enflaquecidas nóminas.

Había una tercera opción, la óptima y la deseable, la que casi todos defendíamos. Pero esa posibilidad, que pasaba por generar empleo y centenares de miles de cotizantes que apuntalasen el sistema, la está estragando el nuevo modelo laboral al que estamos abocados. La sustitución de trabajo fijo y dignamente remunerado por trabajo ocasional y sueldos paupérrimos produce estos daños colaterales: la precarización laboral pone en serio peligro, simultáneamente, la pensión que cobra el abuelo y la que aspira a cobrar el nieto el día de mañana.

Las estadísticas oficiales certifican la magnitud del problema. La Seguridad Social contaba con 16,4 millones de afiliados en el primer semestre del 2014 y con 16,9 millones en el primer semestre del 2015. El número de cotizantes aumentó en 523.452, cifra que concuerda con el incremento de ocupación que refleja la encuesta de población activa. Hasta aquí, la vertiente positiva: la economía española creó más de medio millón de empleos en un año y la afiliación a la Seguridad Social creció un 3,2 % en ese período.

Veamos ahora el envés. Las cotizaciones sociales reportaron al sistema 49.983 millones de euros en el primer semestre de este año, lo que supone un exiguo crecimiento del 0,77 % sobre el mismo período del 2014. Crece la afiliación un relevante 3,2 % y crecen los ingresos un raquítico 0,77 %: dos porcentajes que constatan, a la vez, el crecimiento del empleo y su degradación.

La Seguridad Social se encuentra al borde de la quiebra y la expansión del trabajo precarizado y mal pagado no garantiza su sostenibilidad. Otro gallo cantaría si los nuevos contratos fuesen como los de antes. En ese caso, los ingresos por cotizaciones habrían aumentado en la misma proporción que el número de afiliados -3,2 %-, casi tanto como medró el gasto en pensiones contributivas en el último año: un 3,4 %.