Al cocido, cocido

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

02 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Nos tienen saturados de chef, de salsas. De platos cada vez más difíciles de reconocer. Ya sé que no estamos en temporada de cocido. Pero sí de pulpo, siempre es temporada de pulpo. Y escucho cómo una señora reacciona ante una receta de gazpacho con aguacate. Reacciona saltando. Es una cocinera de las que todavía hacen platos para mojar pan, para chuparse los dedos. Y la señora dice: «Esos chefs que hagan los experimentos que quieran. Pero que si hacen un gazpacho con aguacate que no le llamen gazpacho. Que digan que es una salsa con aguacate o lo que quieran». Y ahora viene el título, porque la señora, de un sentido común que abruma y que tanta falta hace, redondea su discurso sobre que no le toquen los fogones con un clarísimo: «Al cocido se le llama cocido. Como a la tortilla, tortilla. Como al pulpo se le llama pulpo. Y lo demás son otras cosas. Yo lo aprendí de mi abuela, que lo aprendió de su madre». Vivimos entregados al placer del estómago. Como dice el enfant terrible Michel Houellebecq: en realidad es un truco. Nos saturan con cocineros por todas partes, en las televisiones, para tenernos contentos con pasiones que venden y que son menos pasiones que otras. Así lo cree el francés: se aprovechan de que la gente cumple años y quieren que nos olvidemos de instintos más básicos. Y de ahí toda esta explosión de platos y de gin tonics extrañísimos que parece que, en vez de una copa, te sirven una ensalada. Al cocido, cocido. Y al cubata, cubata.