Partidos condenados y alcaldes absueltos

Fernando Salgado
Fernando Salgado LA QUILLA

OPINIÓN

25 may 2015 . Actualizado a las 02:15 h.

Los electores gallegos enjuiciaron ayer simultáneamente a los partidos políticos y al alcalde de su respectivo ayuntamiento. Y emitieron, en consecuencia, una doble sentencia. Uno de los fallos condena e impone un severo correctivo a las tres fuerzas políticas que hasta ahora se repartían el poder local en la comunidad autónoma. El otro fallo, circunscrito al ámbito municipal, reparte castigos, absoluciones y premios entre los diversos regidores. La corrupción rampante y la manera de afrontar la crisis económica constituyen los fundamentos de hecho de la resolución condenatoria. La segunda resolución tiene en cuenta, especialmente, la figura y carisma del alcalde, su gestión y su capacidad para paliar, en tiempos de presupuestos cada vez más exiguos, las necesidades más perentorias de sus vecinos.

Con ambos ingredientes, mezclados en diversas dosis, trazaron los ciudadanos gallegos las coordenadas del nuevo mapa urbano. Un mapa caracterizado por la fragmentación de las corporaciones locales, la llegada a los consistorios de nuevas fuerzas y una sola mayoría absoluta -la de Vigo-, lo que obligará a extender a todo el arco político la cultura del pacto que antes solo practicaba la izquierda. A tenor de los primeros datos del escrutinio, únicamente a través del acuerdo con otras formaciones podrá el PP retener o conseguir alguna alcaldía en las ciudades gallegas. El diálogo se impone por mandato popular.

Caen los tres partidos tradicionales y solo la resistencia de algunos alcaldes han evitado un mayor derrumbamiento. Peor les hubiera ido en unas elecciones generales. El PP cede buena parte de su poder y sin el consuelo que las encuestas le pronosticaban en Ferrol. El PSOE se desploma, pero Abel Caballero arrasa en Vigo. El BNG se diluye en la insignificancia, pero Fernández Lores incrementa sus apoyos y retendrá el bastón de mando. Vigueses y pontevedreses perdonaron a los dos alcaldes sus siglas. Por el contrario, allí donde el castigo al partido coincide con el suspenso del alcalde, la caída se produce con estrépito: Ourense, Lugo o Santiago, sin ir más lejos.

El hundimiento de los partidos tradicionales se corresponde con la irrupción de nuevas fuerzas. Ciudadanos cumplió el papel esperado y las Mareas, en especial las de Santiago y A Coruña, desbordaron los cauces de por sí generosos que les abrían las encuestas. El fenómeno de Compostela Aberta resulta paradigmático: el descenso general de PP, PSOE y BNG; la descomposición de las corporaciones presididas por Conde Roa y Ángel Currás, la falta de tiempo de Agustín Hernández para forjar un currículo solvente y el carisma de Martiño Noriega, cuya capacidad de diálogo y de gestión la demostró en el vecino concello de Teo, propiciaron un vuelco en el consistorio de la capital. Todo un símbolo del nuevo tiempo político que comenzó ayer.