Miedo electoral

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

20 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Si miramos el panorama político actual, no resulta nada difícil detectar el temor o el miedo que cada partido alberga ante las próximas citas electorales. Está claro que el PP teme un posible derrumbe electoral y que el PSOE no las tiene todas consigo respecto de su recuperación. Pero también Podemos y Ciudadanos albergan serios temores. Podemos ya vivió en Andalucía la experiencia de quedar por debajo de lo que le atribuían las encuestas. Y Ciudadanos todavía no sabe qué análisis demoscópico está reflejando de verdad su situación.

Lo cual quiere decir que ni siquiera estos dos partidos emergentes están seguros de poder dar saltos de alegría. Aquí ya nadie se fía del todo de las encuestas, ni de los análisis, ni de casi nada. Y yo creo que hacen bien, porque el panorama es tan confuso, inseguro y vacilante como sospechan y como temen.

Dijo el sagaz Winston Churchill que «hay verdades, medias verdades, mentiras y estadísticas», frase con la que en verdad dejaba ver su escaso respeto por estas últimas. La realidad actual en España es que los propios hacedores de encuestas admiten que la volatilidad del voto es muy alta, lo cual dificulta su correcta evaluación. Y el hecho de que haya una mayor fragmentación del voto también entorpece la posibilidad de fijar un resultado, porque en la realidad ese resultado se está modificando casi cada día. Lo cual equivale a decir que hoy la fiabilidad de las encuestas está lejos de sus mejores tiempos.

Es verdad que una encuesta con mil o dos mil entrevistados en España debería arrojar una información suficiente para que, una vez «bien cocinada», dispusiésemos de un resultado demoscópico relevante y valioso. Pero lo malo, como he dicho, es que el movimiento no cesa entre el electorado. Por eso todos los partidos pueden mantenerse esperanzados y presumir aún de sus posibilidades. La realidad es que nunca se había producido una alteración tan drástica del voto en España desde la desaparición de UCD. Y muy probablemente nada estará escrito de verdad aquí hasta que se conozcan los resultados de las votaciones, tras las distintas jornadas electorales. Así de espesa está la niebla. Sigamos, pues, con las especulaciones, mientras cada uno va decidiendo su voto.