Pues sí que les ha dado fuerte a algunos con el AVE a Galicia. Ahora le toca a Ciudadanos, la emergente opción que eclosionó en Andalucía pasando de cero a nueve diputados en las recientes elecciones del derrumbe popular. Su economista de cabecera, Luis Garicano, propone -como recordaba ayer en La Voz Gonzalo Bareño- detener las inversiones previstas para reforzar las debilitadas partidas de innovación.
PSabe el ilustre economista que cualquier propuesta para compensar el enorme despropósito que ha significado el olvido en la práctica de la I+D en los planes de este Gobierno va a ser bien recibida. Y aprovecha para arremeter de nuevo contra la línea de alta velocidad a Galicia.
Debe de parecerle absolutamente normal que se pueda viajar en tren de Barcelona a Sevilla en cinco horas y media mientras que para llegar desde la misma ciudad a Vigo o A Coruña hagan falta más de doce, a pesar de que la distancia a recorrer en ambos casos sea similar. Pretender compensar ahora el absoluto abandono en que han permanecido durante más de medio siglo los enlaces ferroviarios con Galicia debe de ser un lujo que los gallegos no merecen.
Debemos de estar muy equivocados quienes pensamos que en la planificación de las comunicaciones deben influir más factores que la rentabilidad inmediata de un tren. Y que detener ahora una obra con cientos de kilómetros de puentes, túneles y plataforma ya construida es tirar miles de millones a la basura. Y que condenar a cerca de tres millones de gallegos a continuar con una comunicación ferroviaria decimonónica no es lo más inteligente que puede proponer un partido que eligió llamarse Ciudadanos.